Presiones contra la relocalización
Trump, quien asumirá el 20 de enero, aumentó la presión a las empresas automotrices para que cesen de utilizar los beneficios previstos en el acuerdo TLCAN de libre comercio, que permite la exportación hacia Estados Unidos de automóviles producidos en México.
El lunes Trump había concentrado su artillería verbal en la también gigante General Motors, a la que amenazó con “pesadas tasas de frontera” .
“General Motors está enviando su modelo Chevy Cruze, hecho en México, a Estados Unidos sin pagar impuestos al cruzar la frontera. ¡Háganlo en Estados Unidos o paguen una alta tasa de frontera!” , expresó el presidente electo en Twitter.
Al día siguiente, la automotriz Ford anunció su decisión de cancelar el proyecto de construir una planta ensambladora en San Luis Potosí, México, donde se crearían unos 2.800 puestos de empleo.
Ford anunció que la decisión involucra la adición de 700 puestos de trabajo e inversiones por 700 millones de dólares en un plazo de cuatro años para ampliar su planta de Flat Rock, en Michigan (norte de EEUU) , para la producción de automóviles eléctricos y sin conductor.
En respuesta, el ministerio de Economía de México emitió una nota donde adelantó que la Ford deberá pagar cualquier inversión que el gobierno mexicano haya realizado para facilitar la construcción de la planta en San Luis Potosí.
A inicios de diciembre Trump había visitado una fábrica de aparatos de aire acondicionado, Carrier, donde aseguró que en su gobierno las empresas que monten fábricas en el exterior tendrán dificultades para exportar sus productos al mercado estadounidense.
Carrier -una empresa que realizó pesadas donaciones a la campaña del vicepresidente de Trump, Mike Pence- también decidió anular un plan para relocalizar unos 1.000 puestos de trabajo a México.
“Nos gusta México. Estuve hace tres meses con el presidente de México, un tipo tremendo, pero debemos tener un trato justo. No recibimos nada” , afirmó el presidente electo, reiterando sus críticas de campaña contra el TLCAN, al que definió como “un desastre total” .
Nueva planta en México no afectará empleo en EE.UU.
Toyota afirmó este jueves que la construcción de una nueva planta de montaje de vehículos en México no impactará la producción o empleo de sus instalaciones en Estados Unidos, después de que el presidente electo, Donald Trump, amenazara con aranceles aduaneros si mantiene sus planes.
Toyota afirmó en un comunicado que “los volúmenes de producción o el empleo en Estados Unidos no se reducirán” debido al establecimiento de su nueva planta “de Guanajuato, México, anunciada en abril de 2015” .
“Con más de 21.900 millones de dólares en inversiones directas en EE.UU., 10 instalación de producción, 1.500 concesionarios y 136.000 empleados, Toyota espera colaborar con la Administración Trump para servir los mejores intereses de los consumidores y el sector del automóvil” , añadió el fabricante.
Toyota también señaló que en 2015 exportó a 40 países de todo el mundo más de 160.000 vehículos producidos en Estados Unidos.
La divulgación del comunicado de Toyota tiene lugar poco después de que el presidente electo, Donald Trump, amenazara a Toyota con la imposición de aranceles si el fabricante japonés construye una nueva planta de montaje de vehículos en México.
“Toyota Motor dice que construirá una nueva planta en Baja, México, para producir automóviles Corolla para los EE.UU. ¡DE NINGUNA MANERA! Construya la planta en EE.UU. o pague un gran arancel aduanero” , escribió Trump en su cuenta de Twitter.
El tuit de Trump confunde la planta que Toyota tiene en Baja California, en la que produce la camioneta Tacoma, con la nueva planta de montaje que empezó a construir en noviembre pasado en Guanajuato.
La planta de Guanajuato debería producir a partir de 2019 hasta 200.000 unidades al año del modelo Corolla, el segundo de más ventas en Estados Unidos en el segmento de berlinas compactas, y que actualmente se produce en plantas de Misisipi (EE.UU.) y Cambridge (Canadá) .
Toyota, como Ford y otros fabricantes, ha planificado la producción de vehículos pequeños y baratos, como el Corolla, en México para poder mantener su rentabilidad, ya que el margen en estos modelos es menor que el de automóviles más caros.
Al mismo tiempo, los fabricantes quieren destinar sus plantas en Estados Unidos y Canadá para producir modelos más avanzados y que ofrecen una mayor rentabilidad por unidad vendida.
Trump amenazó el martes a General Motors (GM) con aranceles si mantiene la producción en México del compacto Chevrolet Cruze Hatch que luego es exportado en pequeñas cantidades a Estados Unidos.
Los ataques de Trump contra GM y Toyota se producen después de que Ford claudicara a las presiones del presidente electo y anunciase el martes la cancelación de una inversión de 1.600 millones de dólares en México.
Ford tenía previsto construir una nueva planta de montaje en San Luis de Potosí para producir otro vehículo compacto, la nueva generación del Ford Focus.
Pero el presidente de la compañía, Mark Fields, dijo que no construirán la planta como “voto de confianza” a las políticas proteccionistas de Trump y después de que el presidente electo declarara que impondría un arancel del 35 % a los productos de Ford fabricados en México.
Aunque Ford ha cancelado la inversión, el fabricante dijo que mantendrá la producción del Focus en México para garantizar la rentabilidad del vehículo.