Horas antes, el hidróptero del mismo nombre, una especie de trimarán alado, atracaba en el mismo archipiélago estadounidense en el Pacífico tras zarpar desde Los ngeles hace diez días.
En cambio el avión Solar Impulse 2, pilotado por el veterano aviador suizo Andre Borschberg, demoró cinco días en recorrer el histórico trayecto de unos 8.200 km desde Japón hasta Hawái. La nave alimentada con energía solar aterrizó suavemente hacia las 16H00 GMT en el aeropuerto Kalaeloa de la principal isla hawaiana, Oahu.
“Acabamos de aterrizar en Hawái con úsolarimpulse! Para úBertrandPiccard y para mí, es un sueño hecho realidad” , tuiteó Borschberg triunfalmente tras completar la escala más peligrosa de su vuelta al mundo.
Borschberg y Bertrand Piccard se han estado alternando para volar en solitario el Solar Impulse durante este desafío. Esta última etapa, de Japón a Hawái, le ha tocado a Borschberg y es la octava de las 13 escalas previstas.
Su colega de aventuras, Piccard, mostró su entusiasmo a la llegada del avión y del piloto. “Es difícil creer lo que veo: ¡el Solar Impulse 2 en Hawái! Pero nunca dudé que úAndreBorschberg lo pudiera lograr”, escribió en Twitter.
El avión experimental tocó suelo hawaiano poco después del amanecer entre las ovaciones y aplausos del equipo en tierra.
No se trató solamente del viaje más largo –tanto en tiempo como en distancia — que realiza un avión alimentado con energía solar, sino que además el aviador batió el récord de vuelo en solitario más largo del mundo.
El viaje dejó exhausto al piloto y su equipo había dicho el jueves, cuando faltaban poco más de 1.000 kilómetros para llegar, que las últimas 24 horas habían sido “particularmente difíciles”.
Récord fácil
El viaje desde Japón hasta Hawái tomó exactamente cuatro días y 22 horas, durante los cuales el aviador durmió siestas de sólo 20 minutos para mantener el control de la nave.
Borschberg rompió fácilmente el récord previo de vuelo en solitario, establecido por Steve Fossett al navegar 76 horas y 45 minutos en 2006.
Su rival y colega Richard Branson, también aviador, tuiteó sus felicitaciones a Borschberg justo antes de que su competidor aterrizara.
“Felicitaciones úSolarImpulse por batir el récord de úVirginGlobalFlyer de un viaje en solitario, sin escalas y sin cargar combustible. Es un gran paso adelante”, destacó.
Borschberg viajó solo y dependía totalmente de sí mismo en una cabina no presurizada de 3,8 metros cúbicos. En las ocasiones en que viajó a altitudes de más de 9.000 metros, debió usar tanques de oxígeno para respirar.
El Solar Impulse 2, que partió de Abu Dhabi a principios de año, tiene 17.000 células fotovoltaicas en sus alas y una batería de litio recargable que le permite volar durante la noche. Su envergadura es mayor a la de un jumbo jet, pero pesa sólo 2,3 toneladas, casi lo mismo que un automóvil.
El trimarán también llega, pero sin récord
Horas antes, el hidróptero Solar Impulse pilotado por el francés Alain Thébault, una especie de trimarán alado, llegaba a la isla tras navegar diez días (más de 2.215 millas naúticas, 4.102 km) desde Los ngeles (California, oeste de EEUU) .
Pero no logró batir el récord de 2005 de Olivier de Kersauson, tal y como esperaba inicialmente el navegante.
No obstante, “el hidróptero se convierte en el primer velero volador hidroala que atraviesa un océano. El récord de la travesía Transpacífica no se ha batido” , indicó el equipo del hidróptero en un comunicado.
Pero, “a pesar de las condiciones claramente desfavorables, Alain Thébault y su tripulación tomaron la decisión de lanzarse para no faltar a una cita histórica” con el avión solar Solar Impulse 2, añadió.
During 5 days and 5 nights, I relied on the power of the sun, without any technical problem. It was extraordinary! pic.twitter.com/IMxK9uzfWj
— André Borschberg (@andreborschberg) July 3, 2015
“Un encuentro de dos monstruos de la tecnología, de dos pioneros en este ámbito, con un único mensaje: +Use clean energy+ (usen las energias limpias)”, señaló el texto.
El hidróptero, un trimarán de 18,28 metros, navega lentamente, pero cuando el viento acelera se levanta sobre sus velas, replegadas 45 grados sobre unos planos oblicuos. En 2009 batió un récord de velocidad a la vela, a más de 80 y 100 nudos (entre 150 y 180 km/hora) .
Tripulación de avión solar pide apoyó en favor de energía limpia
La tripulación del avión Solar Impulse II pidió a todos los que siguen esta aventura apoyar su iniciativa en favor de la energía limpia.
El proyecto ha demostrado así que existen soluciones tecnológicas que permiten a un avión volar día y noche sin combustible, lo que para sus promotores demuestra su potencial en usos de la vida diaria.
Thanks to my partner @bertrandpiccard, I dived into the world of exploration during this flight pic.twitter.com/xqVsHfw5c2
— André Borschberg (@andreborschberg) July 3, 2015
El trayecto actual forma parte de la vuelta al mundo que realiza el avión solar.
El piloto que realiza el tramo Nagoya-Hawái, André Borschberg, dijo este viernes desde la cabina de pilotaje que este vuelo “es muy complejo, pero saber que la gente está apoyando nuestra iniciativa es una motivación muy poderosa.”
El proyecto Solar Impulse lanzó recientemente una iniciativa llamada “El futuro es limpio“, que sus seguidores y quienes están de acuerdo con esta idea pueden apoyar en www.futureisclean.org, una plataforma para convencer a los gobiernos del mundo de que deben implementar las soluciones tecnológicas que permitirían preservar el medio ambiente.
Esta iniciativa busca favorecer también el éxito de la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente, que tendrá lugar en diciembre en París y donde deben tomarse decisiones cruciales para el futuro de la humanidad.
I cannot believe myself that @solarimpulse flew for so long! It is extremely reliable! #futureisclean pic.twitter.com/gXZ3bmPPuM
— André Borschberg (@andreborschberg) July 3, 2015
El otro piloto del Solar Impulse y fundador del proyecto, Bernard Piccard, recordó por su parte que este avión no fue construido para transportar pasajeros, sino para “llevar un mensaje.”
A ese respecto, explicó que la utilización de tecnología similar a la que permite a su avión aprovechar de la manera más eficiente la energía del Sol haría posible reducir a la mitad el consumo de energía y la emisión de los gases que producen el efecto invernadero.
“Si se aplicará adecuadamente la eficiencia energética en la movilidad terrestre, en los edificios, en los procesos industriales, así como en la iluminación, en la refrigeración y en los sistemas de calefacción ello sería posible“, recalcó.