Este jueves siguieron la misma vía los vocales Marco Ayala, Fanny Rivas y Dina Chuquimia, quienes hicieron conocer al Parlamento, que los designó, sus notas de renuncia, dejando en solitario a su colega Irineo Zuna.
“Prefiero dar el paso al costado para dar viabilidad a la Asamblea Legislativa para que el Tribunal Supremo Electoral vea la mejor forma para salir de esta crisis”, afirmó Chuquimia, en diálogo con periodistas.
También aprovechó la oportunidad para “pedirles disculpas a la población por el show mediático que han ido viviendo estas semanas; parece una novela.”
-Semejante vacío-
Nunca en la historia un tribunal electoral se sumergió en semejante vacío. Hasta la década del 90, los vocales eran delegados directos de los partidos, pero en esos años, los mismos políticos acordaron nominar a personas idóneas e imparciales, para dotarle al organismo de mayor credibilidad.
Las renuncias son el corolario de crecientes críticas a la gestión del TSE. La oposición pidió la dimisión de sus miembros por considerarlos cercanos al oficialismo y que por lo tanto rompieron todo principio de ecuanimidad.
Los medios de prensa difundieron fotografías tiempo atrás del vocal Ovando haciendo campaña proselitista a favor del gobernante Movimiento Al Socialismo; Chuquimia fue observada en las últimas semanas por emitir mensajes por Twitter de las campañas políticas del gobierno y Paredes fue filmado en una fiesta del partido oficialista.
También fueron denunciados por emitir, en diferentes oportunidades, fallos a favor del partido de gobierno.
El gobierno objetó también su trabajo y el vicepresidente Alvaro García dio un plazo hasta este viernes para que dimitan a sus cargos.
De los siete vocales electorales, seis son designados por el Congreso y uno directamente por el presidente Evo Morales.
El Parlamento, controlado por el oficialismo por amplia mayoría, ahora debe discutir cómo designar a los reemplazantes.