Pero todas las condenas a muerte debe ser sometidas a la opinión no vinculante del muftí de Egipto, una autoridad religiosa, antes de ser confirmada o conmutada.
“Como esa opinión llegó al tribunal solamente este martes, hemos decidido posponer nuestra decisión al 16 de junio para poder deliberar” dijo el juez Shaaban Al Shami, que preside este tribunal del Cairo.
La opinión del muftí nunca se hace pública.
Mursi, detenido desde su derrocamiento en julio del 2013 por el exjefe del ejército y actual presidente Abdel Fatah al Sisi, fue condenado a muerte por su papel en las evasiones masivas de prisión y ataques contra la policía en la revuelta del 2011, que expulsó del poder a Hosni Mubarak.
Desde la caída de Mursi, los defensores de derechos humanos acusan al gobierno de Sisi de instrumentalizar la justicia para reprimir a la oposición.
Estados Unidos y la Unión Europea expresaron su preocupación tras el anuncio de la condena a muerte de Mursi.
La ONU calificó de “sin precedentes en la historia reciente” los juicios sumarísimos contra centenares de partidarios de Mursi condenados a la pena capital desde 2013.
Amnistía Internacional también denunció la “mascarada de justicia” en Egipto cuando Mursi y un centenar de acusados fueron condenados a muerte el 16 de mayo recién pasado.