“Unas mil personas tuvieron que ser evacuadas de casas y hoteles, lugareños y turistas”, indicó el alcalde de Funchal, Paulo Cafofo, citado por la agencia Lusa, precisando que algunos habían sido reubicados en instalaciones militares y otros, en un estadio de fútbol.
Los incendios se declararon el lunes por la noche en la zona alta de la ciudad. La situación se degradó bruscamente el martes por la noche a causa del fuerte viento.
Los vecinos describieron escenas de pánico en la noche, cuando la gente huía de las llamas en autos a alta velocidad y por el carril contrario de la ruta.
El turismo es la base de la economía de Madeira. Los fuertes vientos registrados en los últimos días provocaron la cancelación de una veintena de vuelos.
Las llamas estallaron el lunes en las colinas abruptas y los densos bosques de la isla, donde era difícil llegar. Se sospecha que fue un incendio intencional, y la policía ha arrestado a dos personas, dijo Albuquerque.
Los evacuados fueron trasladados a barracones del ejército, un estadio de fútbol y a un centro cívico de la isla.
Refuerzos, incluyendo bomberos y médicos, llegarán en las próximas horas procedentes del continente, agregó el responsable.
La previsión meteorológica contempla temperaturas más bajas y un descenso en la velocidad del viento, algo que las autoridades esperan ayude a extinguir el incendio.
Los bomberos trabajan a pleno rendimiento también en el Portugal continental desde el sábado, cuando aparecieron numerosos incendios.
El Servicio Nacional de Protección Civil informa que hay cuatro focos de incendio fuera de control en el norte del país, donde los bomberos están exhaustos, según sus jefes.
Más de tres mil 300 bomberos participan de las operaciones con apoyo de 27 aviones hidrantes.
Además, la parte continental de Portugal también se ha visto afectada por importantes incendios forestales desde el viernes, especialmente en la mitad norte del país, donde se declaró el riesgo de “muy elevado” a “máximo” de incendio el miércoles.