El avión era un monoplano Piper PA 28. En rueda de prensa, un responsable del Aeroclub de Suiza, Yves Burkhardt, aseguró que “el mundo se vino abajo” en el club, que había organizado el campamento de verano, cuando se supo la noticia.
“Un total de 192 jóvenes pasaron una semana de campamentos formidable, y este vuelo representaba la culminación” explicó.
Los jóvenes participaban en un bautismo del aire, y el piloto, experimentado, ya había hecho un vuelo durante la mañana con varios participantes.
El accidente se produjo en el segundo grupo de participantes, ante los ojos de los turistas que acudían en teleférico a la cima de Diavolezza.