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Tras el triunfo de Sheinbaum, ¿qué pasará con López Obrador?
El presidente, quien ha sido una figura definitoria en la política mexicana, ha dicho que se retirará a un rancho familiar después de que termine su mandato, pero algunos esperan que su influencia continúe.
Un mural de López Obrador en su ciudad natal, Tepetitán. (Foto Prensa Libre: isabel Mateos Hinojosa/The New York Times)
El domingo fue un día histórico en México, con la aplastante victoria electoral de Claudia Sheinbaum, la primera mujer y la primera persona judía que llega a la presidencia del país.
Pero tanto como se trató de Sheinbaum, climatóloga condecorada y jefa de gobierno de Ciudad de México de 2018 a 2023, también se trató del hombre más poderoso del país, quien pronto se dirigirá hacia la salida.
El triunfo electoral de la sucesora del presidente Andrés Manuel López Obrador marca el principio del fin de una figura definitoria en México.
López Obrador surgió de una zona del país de la que pocos políticos nacionales han salido y se convirtió en presidente en su tercer intento. Reformó por completo la política mexicana y construyó todo un partido político en torno a su enorme personalidad.
Los críticos también dicen que concedió demasiado poder a los militares e impulsó medidas que debilitarían las instituciones democráticas, como la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Sin embargo, a medida que se acerca el final de su mandato de seis años, López Obrador sigue siendo muy popular.
Después de casi cinco décadas en la vida pública, López Obrador, de 70 años, ha dicho que se retirará “por completo” tras su último día en el cargo, el 30 de septiembre, aunque algunos comentaristas creen que encontrará la manera de seguir ejerciendo influencia detrás de bastidores.
Ha dicho que quiere pasar sus días en el rancho de su familia en el estado sureño de Chiapas.
Para muchos habitantes del vecino estado de Tabasco, bastión del apoyo a López Obrador, y de la pequeña ciudad de Tepetitán, donde nació, el domingo fue agridulce.
Miguel Angel Solis Burelo, de 72 años, dijo que estaba encantado de ver ganar a Sheinbaum porque estaba “bien preparada” para llevar a cabo la agenda de López Obrador. También dijo que era “una gran alegría” ver a una mujer asumir la presidencia.
Pero Solis, quien condujo una lancha por un río desde el rancho donde trabaja para votar en Tepetitán, admitió que también se sentía “un poco triste” al ver que López Obrador se acercaba al final de su presidencia. La Constitución limita el mandato de los presidentes mexicanos a seis años.
Kenia Sandoval Salvador, de 47 años, ama de casa, dijo que vio videos en las redes sociales de la carrera de López Obrador antes de ir a las urnas el domingo en Macuspana, una ciudad también en Tabasco, donde el presidente se crio.
“Ya se siente la nostalgia”, dijo.
Nacido en 1953, López Obrador asistió a la única escuela primaria de Tepetitán y ayudó en la tienda de sus padres. Empezó la secundaria a unos 40 minutos, en Macuspana. Terminó esta y la preparatoria en Villahermosa, la capital del estado, adonde se trasladó su familia. Fue a la universidad en Ciudad de México, donde más tarde fue alcalde.
Referendo
La elección del domingo fue vista por muchos como un referendo sobre el liderazgo de López Obrador, y la decisiva victoria de Sheinbaum fue interpretada como un voto de confianza en el presidente, sus políticas y el partido Morena.
Antenor Paz Acosta, de 75 años, quien trabaja en un rancho en Tepetitán y dijo que había jugado béisbol con el presidente durante su infancia, dejó claro que tenía en mente al actual líder, incluso cuando votó por Sheinbaum.
“Siempre estoy apoyando lo que ha hecho Andrés Manuel”, dijo Paz. “Donde él va, va ella también”.
Durante el mandato de López Obrador, la economía creció, millones de mexicanos salieron de la pobreza, se duplicó el salario mínimo, se ampliaron las pensiones y mejoraron las prestaciones de los trabajadores.
Pero su presidencia también ha generado inquietud. Ha sido criticado por su estrategia de “abrazos, no balazos” contra los cárteles criminales, que ha provocado más violencia. Sus detractores también afirman que ha deteriorado el sistema sanitario del país y ha dado prioridad a los combustibles fósiles.
López Obrador, a quien se le conoce por sus iniciales AMLO, será recordado por muchos por sus conferencias de prensa matutinas, o mañaneras, durante las cuales pasó horas casi todos los días durante los últimos cinco años compartiendo sus sentimientos, celebrando sus victorias, atacando a sus críticos y arremetiendo contra los periodistas. Podía resultar tan intenso como campechano.
“López Obrador gobernó desde las mañaneras”, dijo Blanca Gómez, una periodista mexicana que escribió una biografía no autorizada de López Obrador en 2005. “Se dio cuenta de que la gente le hace caso cuando él habla. La gente le cree. Hay gente que va a extrañar las mañaneras. Y hay mucha gente que va a estar feliz de ya no escucharlo”.
Aunque Lázaro Vidal Martínez, de 62 años, agricultor de Tepetitán, solía estar trabajando por las mañanas, dijo que de vez en cuando lo escuchaba. “Me gustaba que diera la cara a diario porque otros presidentes nunca hicieron eso”, dijo.
Solis, el trabajador del rancho que llegó en lancha a votar, dijo que lo que más le gustó de la presidencia del López Obrador fueron sus programas de bienestar social, porque antes “no se nos ayudaba nada y no nos tomaban en cuenta en nada”.
Dijo que su pensión, para mayores de 65 años, se ha quintuplicado en los últimos años a aproximadamente US$170 cada mes.
Aun así, López Obrador debería haber sido más duro con los grupos criminales, añadió Solis, aunque en general estaba satisfecho con la dirección del país.
“Queremos que siga el movimiento”, dijo, antes de subir a su lancha para regresar a casa.
Durante las visitas de campaña a Tabasco, Sheinbaum prometió preservar el legado de López Obrador, lo que provocó vítores de la multitud.
En Tepetitán, un pueblo de 1500 habitantes, la que fuera la casa de sus abuelos abrió sus puertas el año pasado como Museo Comunitario Casa de Obrador, con su busto en el exterior. En Macuspana, una ciudad más grande con 31 mil habitantes, el único recuerdo es un mural en el exterior de la biblioteca pública.
No muy lejos, en un café de la plaza principal de la ciudad, se sentaba Márvel Hernández Gutú, de 79 años, oriundo de Tepetitán, abogado y exfuncionario estatal, quien conoce a López Obrador desde que militaron juntos en un partido político anterior. Desearía que López Obrador hubiera hecho más por el desarrollo de México en términos de negocios e infraestructuras, especialmente en Tabasco, uno de los estados más pobres del país.
“Como legado”, dijo Hernández, “no podemos decir que nos dejó grandes cosas porque realmente tuvo la oportunidad de hacerlo y no lo hizo”.
Independientemente de sus opiniones, muchos dijeron que no creían que López Obrador desapareciera repentinamente después de décadas de vida pública y con su protegida al mando.
“A él le importa mucho su legado”, dijo Gómez, la periodista.
En cierto modo, continuará en Tepetitán.
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Durante la exitosa campaña presidencial de López Obrador hace seis años, Vidal, quien dijo que sus padres conocían a los padres de López Obrador, permitió que un artista local pintara un mural en el lateral de su casa, situada a la entrada del pueblo. Cualquiera que entre o salga de la comunidad lo vería.
Ha sido repintado tres veces, y se le ha añadido nuevos adornos en cada ocasión. Alrededor del rostro de López Obrador hay flora y fauna de Tabasco: monos aulladores, loros y el pejelagarto, un manjar local y apodo de López Obrador en español.
El artista del mural murió el año pasado, dijo Vidal, y espera que otro artista pueda ayudar a preservar el recuerdo del hijo más famoso de la ciudad.
“Esa muralla se va a quedar”, afirmó.