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“Tenemos 15 personas fallecidas y siete desaparecidos”, dijo Durán al hacer un recuento del impacto de Amanda, la primera tormenta tropical del año en el océano Pacífico, que también afectó a Guatemala.
La tormenta llegó con fuertes vientos y dejó carreteras anegadas y afectadas por derrumbes, viviendas destruidas e inundadas, así como cortes de electricidad y de agua potable.
Se reportaron 7 mil 225 evacuados de zonas de alto riesgo que fueron trasladados a 154 albergues montados en todo El Salvador.
Los remanentes de Amanda mantendrán lluvias moderadas con “intermitencia” en el territorio salvadoreño, pese a que la tormenta se disipó el domingo sobre territorio guatemalteco, dijo el Ministerio de Medio Ambiente.
La cartera agregó que las lluvias dejaron hasta 500 milímetros de agua, mientras que el promedio acumulado en un año en el país es de 1.800 milímetros.
“La tormenta ha venido a mostrar lo vulnerable que es este país” y a revelar “la falta de inversión en infraestructura”, admitió el ministro Durán.
En una estimación preliminar, el presidente Nayib Bukele dijo que la tormenta causó pérdidas materiales por unos 200 millones de dólares.
En el Salvador, un país de 6.6 millones de habitantes, el 87% de sus escasos 20.742 km2 del territorio se considera vulnerable ante fenómenos meteorológicos.
