El testigo recordó que iba caminando con su familia en el sector derecho de la calle, cuando vio en el lado izquierdo a un grupo de iraníes enarbolando banderas de su país y gritando consignas, y con algunos peregrinos africanos siguiéndoles.
“Eran los únicos que avanzaban en sentido contrario, por lo que pensé que regresaban a sus tiendas (carpas), pero recordé que en esa zona no estaban sus tiendas, y eso me resultó extraño” , subrayó Al Yaid.
Asimismo, varios testigos citados por el periódico electrónico Sabaq revelaron también que la estampida coincidió con la marcha de una gran número de peregrinos iraníes en sentido contrario, que rechazaron regresar por dónde venían, como supuestamente les fue solicitado.
Un responsable de otros grupos de peregrinos aseguró que los iraníes hicieron caso omiso de las instrucciones y llamamientos, por lo que chocaron con los demás fieles coreando consignas antes de que se registrara la estampida.
Ayer, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, de confesión chií, responsabilizó a Arabia Saudí, de mayoría suní, por la tragedia, en la que entre las víctimas mortales figuran al menos 125 iraníes.
“El Gobierno saudí está obligado a asumir su gran responsabilidad en este amargo incidente y cumplir con sus obligaciones conforme con el imperio de la justicia y la equidad” , dijo Jameneí en un mensaje difundido en su página web.
Por su parte, el rey saudí, Salman bin Abdelaziz, presentó ayer sus condolencias a las familias de los fallecidos en la estampida y dio órdenes a los órganos competentes para que revisen los planes que se aplican durante la peregrinación.
Los peregrinos musulmanes continuaron tristemente el viernes sus últimos ritos del haj, después de que más de 700 personas murieran sofocadas o aplastadas en una estampida la víspera, cuando dos olas de peregrinos chocaron en el desastre más mortífero en la peregrinación anual en los últimos 25 años.
La peregrinación del haj es el principal pilar del islam que todos los musulmanes físicamente aptos deben realizar por lo menos una vez en su vida.
Este año cerca de dos millones de personas de 180 países participaron en la peregrinación de cinco días, que termina el sábado.
Los ánimos se mantenían bajos a pesar de que el haj coincide con el Eid al Adha, una de las festividades más importantes en el mundo islámico.
“La estampida de jueves recién pasado fue una catástrofe, estamos en shock, pero no podemos hacer nada, ese era su destino” , dijo Lolo Omar, un peregrino de Eritrea, cerca del lugar del desastre en la ciudad de Mina, fuera de la ciudad más sagrada del Islam, Meca. “Deseamos que Alá facilite nuestra peregrinación” .
Críticas a Arabia Saudita
Arabia Saudita recibió numerosas críticas este viernes por su organización de la peregrinación a La Meca, un día después de la estampida que causó más de 700 muertos durante el ritual de la lapidación de Satán, en Mina.
Las autoridades sauditas prometieron una investigación “rápida y transparente” sobre lo ocurrido, y el rey Salmán ordenó “una revisión” de la organización del evento, muy criticada por unos fieles que temen continuar el hach (peregrinación) .
Los peregrinos musulmanes retomaron este viernes el ritual de la lapidación de Satán, pero la muchedumbre era menos compacta que la víspera, cuando una avalancha humana causó 717 muertos y 863 heridos, en la mayor tragedia registrada en el hach en 25 años.
Mohamed Hasan, un egipcio de 39 años, dijo que temía una nueva estampida este viernes, criticando la mala gestión de los desplazamientos de los casi dos millones de fieles reunidos en Mina, a cinco kilómetros de La Meca.
“Arabia Saudita gasta mucho dinero en el hach, pero la organización es negligente” , opinó Ahmed, otro peregrino egipcio, que consideró que el flujo de peregrinos de Mina, una ciudad de carpas blancas, debería gestionarse mejor.
“(Los organizadores) podrían reservar una vía para los fieles que se van y otra para los que llegan” , añadió.