“Parecía estar bien. Abrió y cerró los ojos”, explicó a la AFP Ali Akdogan, un minero que participó en las labores de rescate en Kahramanmaras, una ciudad próxima al epicentro del sismo.
“Hemos estado trabajando aquí, en este edificio, desde hace ya una semana (…) Vinimos con la esperanza de escuchar algo”, afirmó.
“Nos alegramos cuando encontramos algo con vida, aunque sea un gato”, agregó.
El tío de la chica, llorando, abrazó uno por uno a todos los socorristas, diciéndoles: “Nunca les olvidaremos”.
Pero, después del rescate, los militares turcos instaron a los medios y a los lugareños a abandonar la escena, pues los equipos de socorristas empezaron a retirar cuerpos de entre los escombros.
Según los últimos balances de las autoridades y los médicos, al menos 36 mil 187 personas murieron en Turquía y 3 mil 688 en Siria a causa del sismo, ocurrido el 6 de febrero, y de sus réplicas; llevando el balance total confirmado a 39 mil 875 fallecidos.
Turquía suspendió las labores de rescate en algunas regiones. El gobierno de Siria, un país en guerra, tomó la misma medida en las zonas que están bajo su control.
Por otro lado, un hombre de 55 años y procedente de Ankara, fue detenido en la provincia turca de Hatay (sur) mientras intentaba robar un bebé en un hospital, aprovechando el caos generado por el sismo, informó la agencia de prensa oficial Anadolu.
El hombre se presentó como un exresponsable de la policía en el establecimiento, situado en la ciudad de Samandag, y reclamó un bebé, indicando su nombre, según Anadolu.
Fue detenido y esposado, y estaba en posesión de varios documentos de identidad falsos.