“Cada parte interpreta al revés las intenciones de la otra, especialmente Moscú. Es real el peligro de que Rusia responda a un ataque que solo existe en su mente”, estima Kadri Kiik, experta del European Council on Foreign Relations, de Gran Bretaña.
The New York Times reveló el 26 de junio recién pasado los proyectos estadounidenses de desplegar tanques en el este de Europa. El 16 de junio último, Rusia hizo el anuncio de los 40 misiles, al que siguieron las reacciones occidentales.
“Injustificado y peligroso”, sostuvo el jefe de la Organización del Tratado Atlántico Norte (Otán), Jens Stoltenberg. “Nadie quiere la vuelta de la Guerra Fría”, afirmó el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Cuidado con “la escalada de palabras y de actos”, advirtió Alemania.
nuevos misiles intercontinentales entregará Rusia a sus fuerzas estratégicas.
Moscú adquirió 38 misiles balísticos intercontinentales en el 2014, prevé otros 40 este año y está retirando paralelamente 72 demasiado antiguos, lo que al final significará la reducción de su arsenal terrestre —unos 300 misiles—, señala Igor Sutyagin, experto militar del Royal United Services Institute (RUSI) de Londres.
El ejército ruso disponía de 528 vectores nucleares desplegados —en tierra, en submarinos o en aviones— a finales del 2014, y Estados Unidos, 794, según los datos intercambiados en el marco del nuevo acuerdo START del 2010. Es decir, que Rusia ha sobrepasado ya ampliamente el objetivo de reducción fijado por ese tratado, a saber: 700 en el 2018.
Alharaca
¿Por qué entonces esa alharaca por parte del Kremlin? Para asustar a los occidentales, dividirlos y disuadirlos de recurrir a la fuerza si tuviesen esa tentación en momentos en que las tensiones se acumulan entre los dos campos, estima el experto.
Las herramientas de poder militar de Rusia son “los spetznaz —fuerzas especiales— y la fuerza nuclear. Y no se amenaza al mundo con spetznaz. Así que no queda más que la fuerza nuclear”, considera Igor Sutyagin.
Rusia hace hincapié en su estatuto de única superpotencia nuclear además de Estados Unidos para ocultar la debilidad de sus fuerzas convencionales. El mensaje es ante todo político —“Tenemos el arma atómica, no lo olviden”—, pero el simple hecho de amenazar con utilizarla plantea riesgos, enfatiza Sutyagin.
Las incursiones recurrentes de bombarderos estratégicos y submarinos nucleares cerca de las costas de los países de la Otán o en el mar Negro, en contacto con las “fuerzas adversas”, aumenta también el riesgo de accidentes.
“Nadie desea eso. Los dos campos saben que si llegaran a confrontación militar, cuando los dos tienen el arma nuclear, las consecuencias serían dramáticas para todo el mundo”, señala Jeffrey Mankoff, experto del Center for Strategic and International Studies de Washington.
mil efectivos ampliará la Otán en su Fuerza de Respuesta.
“Les da argumentos a los que abogan en EE. UU. por una modernización más rápida y más ambiciosa del arsenal norteamericano”, estima Camille Grand, director de la Fondation pour la Recherche Stratégique (FRS) de París.
Más que la amenaza transcontinental, bastante improbable, los expertos se muestran preocupados por los misiles de corto y mediano alcance —menos de cinco mil 500 km—. Se sospecha que Rusia ensayó un misil de crucero, en violación del tratado FNI de 1987, que prohíbe las armas nucleares de alcance intermedio en Europa.
Eleva apoyo a Ucrania
Los ministros de Defensa de la Otán decidieron el 25 de junio último elevar su apoyo a Ucrania con la creación de un nuevo fondo fiduciario para mejorar su seguridad, mientras la Alianza prepara planes específicos ante la amenaza del grupo terrorista Estado Islámico (EI) al sur de sus fronteras.
La Otán debe reforzar sus unidades navales para responder a la creciente amenaza que suponen la audacia y agresividad de Rusia, opinaron varios responsables de la organización atlántica, el miércoles último en Londres.
Recientemente, la Otán ha concentrado sus esfuerzos marítimos en la lucha contra el terrorismo y la piratería, pero actualmente debe prepararse aun más ante las ambiciones rusas, subrayaron.
“La presencia marítima internacional de Rusia ha aumentado significativamente durante los últimos años, en particular desde la irrupción de la crisis ucraniana en el 2014”, subrayó el general Adrian Bradshaw, comandante adjunto de la Otán en Europa.
El ministro español de Defensa, Pedro Morenés, informó al término de la reunión de los planes del secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, de presentar en la próxima ministerial de Defensa de octubre “planes operativos para el sur”.
Morenés hizo hincapié en que España ya solicitó estos planes específicos en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Otán en septiembre recién pasado, en Gales, Reino Unido, y recordó que ha vuelto a recalcar su importancia en los ministeriales de Defensa.
“Nos preocupa, porque es una amenaza y tenemos que construir las capacidades suficientes para hacer frente a esa amenaza allí donde esté”, dijo Morenés.
La Alianza creó en el 2002 la llamada Fuerza de Respuesta de la Otán, dotada con unos 13 mil soldados, para intervenir en puntos calientes en forma ágil.
Sin embargo, el conflicto ucraniano dejó en evidencia que esa fuerza no sería capaz de movilizarse lo bastante rápido en un contexto muy diferente al del 2002, según Stoltenberg.
Por eso, en septiembre, la Alianza creó una unidad de intervención de unos cinco mil soldados capaz de desplegarse en pocos días, y no meses, como suele ocurrir.
El secretario general afirmó también que la Otán va a “acelerar su proceso de toma de decisiones”, incluyendo la creación de una nueva unidad logística dentro de la estructura de mando de la organización.
Stoltenberg añadió que los aliados deberán cumplir, además, con los compromisos formulados en septiembre, para aumentar el gasto de defensa al equivalente del 2% del PIB anual.
AFP/AP/EFE