Camacho, que llegó a Arizona cuando solo tenía 5 años y ya ha cumplido los 20, tomó “la dura decisión” de dejar a su familia para continuar estudios de Administración de Empresas en St. Mary's University, en San Antonio, Texas.
La joven indicó que las universidades privadas en Texas no tienen matrículas diferentes para estudiantes que no son residentes legales en el país y que por tal motivo los estudiantes con DACA como ella pueden pagar lo mismo que estudiantes locales.
Karina Ruiz, presidente de la Coalición del DREAM Act (acrónimo en inglés de Educación para Menores Inmigrantes Soñadores), señaló que la imposibilidad de pagar matrículas como residentes en universidades y colegios comunitarios está impactando duramente a los “soñadores” en Arizona.
“Simplemente, muchos no pueden pagar tanto dinero. Las opciones son muy pocas, pero de todas formas les estamos pidiendo que no se den por vencidos y que por lo menos continúen tomando una clase”, dijo Ruiz.
Tras una larga y dura lucha legal en las cortes, el pasado abril la Suprema Corte del Estado de Arizona dictaminó que los jóvenes estudiantes con DACA no tienen derecho a pagar matrículas en universidades y colegios comunitarios al mismo precio de los residentes del estado.
El fallo se produjo debido a una ley estatal aprobada por los votantes en 2006, que niega este derecho a todos aquellos no cuenten con un estatus legal en Estados Unidos, sin importar cuántos años lleven viviendo en Arizona o si se graduaron en escuelas secundarias locales.
La decisión de la corte triplicó de un semestre a otro el costo de una educación superior para los beneficiarios del programa DACA.
En la Universidad de Arizona (UA), los denominados “soñadores” pagarán hasta 18 mil dólares por semestre cuando comiencen las clases a partir del próximo lunes.
Un residente local paga, en comparación, 12 mil dólares por precio reducido que les otorga la alta casa de estudios.
Antes del fallo de la corte, más de 2 mil “soñadores” estaban registrados en “colleges” comunitarios a través del estado y otros 300 asistían a universidades públicas.
Sin Soluciones
En 2014, Obama trató de ampliar el alcance de DACA para beneficiar a más “soñadores”, pero un grupo de estados republicanos le demandó y la justicia anuló la ampliación del programa, así como otro plan, llamado DAPA y que buscaba frenar la deportación de los padres de los jóvenes indocumentados.
Con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el poder, el programa DACA ha sufrido varios reveses y ha visto disminuir su número de beneficiarios, que superó los 800 mil y actualmente se sitúa en 703 mil 890, según datos del 31 de julio del Servicio de Ciudadanía e Inmigración.
En septiembre pasado, Trump anunció que DACA debía expirar el 5 de marzo si el Congreso no llegaba a un acuerdo sobre inmigración.
El Parlamento, en manos republicanas, no llegó a ningún acuerdo, pero DACA no llegó a expirar porque dos jueces, uno de Nueva York y otro de California, han obligado al Gobierno a mantener vivo el programa y a seguir aceptando solicitudes para renovar sus beneficios.
El pasado 15 de agosto se cumplieron seis años del plan DACA, sin que el Congreso haya encontrado aún una solución permanente para los miles de jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos de niños que protege ese programa.
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