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Sin la sierra y sin Sean Penn: el Chapo cumple un año de su fuga

Joaquín "el Chapo" Guzmán espera. Un año después de fugarse de la cárcel por un túnel, el narcotraficante mexicano recapturado en enero sólo espera, aislado del mundo, a que llegue su destino: la extradición a Estados Unidos.

Joaquín "el Chapo" Guzmán en el penal de Ciudad Juárez.(Foto Prensa LIbre:EFE).

Joaquín "el Chapo" Guzmán en el penal de Ciudad Juárez.(Foto Prensa LIbre:EFE).

Hace un año huyó de la prisión de máxima seguridad el Altiplano. Llevaba 17 meses entre rejas y era demasiado poderoso y demasiado capaz de corromper para tener que quedarse. Pero eso fue hace mucho.

Ahora el líder del cartel de Sinaloa está vigilado noche y día en una prisión de Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos. Fue recapturado en enero y, según dice su abogado José Refugio Rodríguez, lo custodian las 24 horas, incluso cuando está con él.

“No nos pierden de vista, nos están videograbando todo lo que hablamos y lo que hacemos”, contó Rodríguez en una entrevista de de radio. “Le exigen que duerma en posición acostada firme, boca arriba. Si inconscientemente al dormir se tapa la cara, lo despiertan. Si cruza los brazos lo despiertan”.

La vez pasada otro abogado de “el Chapo”, que ahora está detenido, fue su enlace con el exterior. Ayudó a coordinar la fuga por un túnel de 1.425 metros, que tardó de ocho a diez meses en construirse y llegaba hasta la ducha de su celda.

Fue la gran burla de “el Chapo” a las autoridades mexicanas, porque, además, no era la primera vez que lo hacía. En 2001, cuando todavía no era ni tan famoso ni tan poderoso, se escapó de otra cárcel, el penal de Puente Grande, supuestamente escondido en un carrito de lavandería.

“El Chapo” ya hace gestiones para entrevistarse con un abogado estadounidense que llevará su defensa en ese país, aunque al mismo tiempo su equipo legal en México sigue adelante con los recursos para evitar la extradición.

Es un juego de tiempos. Tarde o temprano, como ocurrió antes con otros narcotraficantes y salvo que lograra la hazaña de fugarse por tercera vez, “el Chapo” terminará en Estados Unidos, según especialistas en temas de extradición.

“Para los rumores, una imagen…”, escribió el viernes el secretario de Gobernación (ministro del Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, en Twitter, porque circulaban con fuerza en las redes sociales versiones de una nueva fuga. Osorio Chong publicó una foto.

Se veía a “el Chapo” con traje beige de preso, sentado en una sala blanca, amplia, con varias puertas con mirilla y un custodio apenas visible detrás de una columna. Era la prueba de que todavía estaba ahí.

Después de que se fugó el año pasado, “el Chapo” todavía se dio oportunidad de citarse en la sierra del Triángulo Dorado del noroeste de México con la actriz mexicana Kate del Castillo y con el actor estadounidense Sean Penn para hablar de sus planes de hacer una película sobre su vida.

Eso ayudó a las autoridades mexicanas a seguirle la pista. Finalmente fue atrapado, tres meses más tarde, en Los Mochis, Sinaloa.

En el Triángulo Dorado donde se hizo la reunión con Penn y Del Castillo, ahora su feudo enfrenta la amenaza de sus rivales.

Las autoridades hablan de una guerra iniciada por el histórico narcotraficante Rafael Caro Quintero, liberado en el 2013 por un fallo judicial luego revocado, por las rutas para el tráfico de droga.

Con Guzmán en la cárcel hasta la casa de su madre en La Tuna de Badiraguato fue saqueada, según los reportes recogidos por la prensa. Ella fue sacada a tiempo de la zona en una avioneta y puesta a salvo hace unas semanas.

Caro Quintero al parecer se alió con sus rivales del cartel de los Beltrán Leyva para disputarle territorios mientras “el Chapo” espera la siguiente vuelta del destino.

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