Las justas deportivas en Pyeongchang, que se celebran del 9 al 25 de febrero en esta región de Corea del Sur, han permitido un acercamiento espectacular entre los dos hermanos enemigos, tras dos años de crispación a causa de la aceleración de los programas balístico y nuclear de Pionyang.
A pesar de esta distensión deportiva, Corea del Norte prepara un fastuoso desfile militar para el 8 de febrero, víspera de la inauguración de los Juegos, según confirmaron los medios oficiales norcoreanos.
Kim, que asegura tener permanentemente a mano en su despacho el botón del arma atómica, presidió el pasado mes de septiembre el sexto ensayo nuclear norcoreano, el más potente a día de hoy.
Además, ha estado supervisando durante años varias pruebas de misiles intercontinentales (ICBM), asegurando que el Norte era capaz de alcanzar el territorio continental estadounidense y que se había convertido en un estado nuclear.
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“Es una idea anacrónica pensar en el uso de armas nucleares para la unificación de las dos Coreas, enfatizó Song, que, sin embargo cree que la diplomacia debe imponerse ante toda ocpión del uso de fuerza.
Clarín consigna que el funcionario surcoreano hizo énfasis en favorecer los programas de una “desnuclearización completa y verificable en la Península de Corea”.