Internacional
Sequía provoca extensión de racionamiento de agua en Puerto Rico
La sequía que desde hace meses afecta a Puerto Rico y otras áreas de la región provocó la extensión del racionamiento en el servicio de agua a varios municipios del este del territorio caribeño, informaron este lunes fuentes oficiales.
La Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), compañía estatal responsable del suministro de agua, indicó a través de un comunicado de que la merma en el caudal de los ríos continúa disminuyendo por lo que hoy comienza un periodo de racionamiento en los municipios de Río Grande, Luquillo y Loíza.
El director de la Región Este de la AAA, Roberto Guzmán, señaló que los ríos Espíritu Santo y Guzmán han sufrido una dramática bajada en su caudal por lo que debe iniciarse un periodo de racionamiento para garantizar las necesidades de agua potable a todas las comunidades.
“Se han realizado trasferencia de agua desde la Planta de Fajardo para alternar el servicio, pero la disminución en la cuenca de los ríos, combinado con el alto consumo, no permite que logremos compensar la demanda de servicio”, señaló Guzmán.
El funcionario agregó que el racionamiento estará vigente hasta que las condiciones de los ríos permita suplir la demanda de todos los sectores ininterrumpidamente.
El pasado día 23 comenzó el plan de control y racionamiento en el servicio de agua a varios sectores de los municipios sureños de Salinas, Santa Isabel y Coamo con el fin de contribuir a conservar las reservas del principal acuífero de la región.
Con ello el plan contra la sequía, ya en marcha en otras áreas de la isla caribeña, se extendió a la zona meridional.
Hasta el momento más de un tercio de la población de Puerto Rico, de 3.7 millones de habitantes, está afectado por un plan de racionamiento en el suministro de agua potable, que comenzó en mayo y que en algunos casos se extiende por 24 de cada 48 horas y en otros incluso durante dos de cada tres días.
Este fue el primer racionamiento de agua que se decretaba en la isla caribeña desde la sequía de 1994, considerada la más dura en la historia reciente de Puerto Rico.