Pero dijo que, cuando alargó la mano hacia la palanca de apagado de emergencia, notó que ya estaba en la posición de apagado y que la correa del arnés del pasajero estaba debajo de la palanca.
Además de los cinturones de seguridad, los pasajeros estaban sujetados por arneses porque las puertas del helicóptero estaban abiertas, de modo tal de permitir la toma de fotografías.
La nueva información revelada por el piloto, quien señala que uno de los pasajeros pudo haber causado el problema al intentar tomarse una fotografía y quedar enredado en los instrumentos del helicóptero.
El piloto evaluó entonces aterrizar en el Central Park, pero había demasiada gente, con lo cual decidió dirigirse hacia el río.
Antes de que la aeronave se precipitara, logró enviar un pedido de socorro a la torre de control del aeropuerto Laguardia. Luego consiguió salir del helicóptero, subirse a éste y gritar pidiendo ayuda.
Los testigos indicaron que el helicóptero volaba más rápido y más bajo de lo que están acostumbrados a ver con este tipo de aeronaves en el East River, entre Manhattan y Queens.
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