Con ese fin, Energuia está diseñando una nueva nave espacial que realizará su primer vuelo de prueba en el 2021 y dos años después ya será capaz de acoplarse a la Estación Espacial Internacional.
En el 2025 se realizará el primer vuelo no tripulado a la Luna, donde debería alunizar a finales de esa década una nave rusa con cuatro astronautas abordo y que podrían permanecer hasta dos semanas en la superficie lunar.
Solntsev destacó que el retorno a la Luna, satélite natural de la Tierra cuya superficie fue tocada por vez primera por el hombre en 1969, es crucial para futuros vuelos interplanetarios, en clara alusión a Marte.
La agencia espacial rusa, Roscosmos, decidió modificar su estrategia centrada en la conquista de Marte tras el fracaso en el 2011 de la misión del Fobos Grunt que se proponía extraer muestras en una de las lunas del planeta rojo.
El retorno a la Luna, satélite natural de la Tierra, cuya superficie fue tocada por vez primera por el hombre en 1969, es crucial para futuros vuelos interplanetarios.
Recientemente, se supo que Roscosmos y la Agencia Espacial Europa (ESA) podrían cooperar en un proyecto -Luna 27- que allanará el camino al retorno del ser humano a la Luna.
Se trata del envío de una nave no tripulada que analizará un área hasta ahora inexplorada del Polo Sur del satélite natural de la Tierra en busca de agua y materias primas para producir oxígeno y combustible.
Los científicos esperan que el lado oscuro de la Luna, que está escondido de los rayos solares, por lo que las temperaturas son muy bajas, contenga grandes cantidades de agua congelada, minerales y otras sustancias químicas que permitan garantizar la vida humana en la superficie lunar.
Estados Unidos, que envió a una docena de astronautas a la superficie lunar entre 1969 y 1972, canceló las últimas tres misiones Apolo por su excesivo coste.
La extinta Unión Soviética, que había enviado al primer hombre al espacio exterior en 1961, Yuri Gagarin, suspendió su programa lunar inmediatamente después, con lo que puso fin a la carrera espacial.
Según los expertos, Rusia -sometida a sanciones internacionales, embarcada en varios frentes militares y sumida en una recesión económica- no está ahora capacitada para enviar un hombre a la Luna sin cooperar con otras potencias espaciales.
“Tengo serias dudas sobre el 2029. El Gobierno ha reducido el presupuesto asignado al programa espacial hasta el 2018. Durante los próximos tres años no habrá dinero para ningún programa lunar. Pero no se trata sólo de dinero, sino de voluntad política”, comentó Ígor Lisov, director de la revista Noticias de Cosmonáutica.
Recientemente, el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, encargado de la industria espacial, reconoció que actualmente Rusia “no se puede permitir poner en peligro los intereses económicos” con ambiciosos programas espaciales.
Lísov destacó que el diseño de la nave espacial “está avanzado”, pero no ocurre lo mismo con el cohete portador, precisamente un ámbito donde Rusia ha experimentado varios fiascos en los últimos años, sea en el lanzamiento de cargueros o satélites de comunicaciones.
Estados Unidos, que envió a una docena de astronautas a la superficie lunar entre 1969 y 1972, canceló las últimas tres misiones Apolo por su excesivo coste.
“Sin el apoyo del Kremlin, será imposible poner en marcha un programa de esa magnitud. Además, ahora la prioridad son otras aplicaciones del programa espacial, como las comunicaciones y el espionaje”, apuntó.
Lisov descarta una carrera espacial para regresar a la Luna o conquistar Marte como la ocurrida durante la Guerra Fría, tanto por su desorbitado coste, como por que existen otras prioridades.
“Algunos expertos consideran que, en realidad, el hombre llegó demasiado pronto a la Luna. Eso mezcló las cartas. Ahora, es temprano para repetir”, señaló.
En cuanto a la irrupción de China como potencia espacial, cree que el gigante asiático estará “ocupado” en la construcción de su propia estación espacial similar a la soviética MIR hasta mediados de la próxima década.
Estados Unidos parece más centrado en Marte que en la Luna, aunque varios expertos de la NASA se dirigieron a la Casa Blanca en el 45 aniversario de la proeza de Armstrong para que reconsiderara su decisión de no retornar a la Luna.