La evaluación del actual gobierno es peor al 9% de apoyo y 68% de rechazo cosechado por el expresidente Fernando Collor de Mello en 1992, cuando renunció poco antes de que el Congreso votara su destitución.
“Dilma, de esta forma, pasa a ser la presidente con la peor tasa de popularidad entre todos los electos directamente desde la redemocratización” , destacó el sitio web del diario Folha de Sao Paulo, que pertenece al mismo grupo de Datafolha.
Datafolha comenzó a hacer sondeos a nivel nacional durante el gobierno de Collor (1990-92) , el primer mandatario electo por voto popular.
Su antecesor, José Sarney, asumió el poder en 1985 como vicepresidente de Tancredo Neves, quien falleció antes de tomar el poder y quien había sido elegido por el Congreso de forma indirecta después de 21 años de dictadura militar (1964-85) .
Rousseff asumió la presidencia de Brasil por segunda vez en enero de este año en un escenario lleno de dificultades: baja popularidad, economía estancada y alza de la inflación; un Congreso más rebelde y los coletazos de un escándalo de corrupción en la gigante estatal Petrobras que ha alcanzado a altas figuras del oficialista Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) , entre otros políticos y empresarios.
Una nueva manifestación para pedir su salida fue convocada para el 16 de agosto.
En la encuesta de Datafolha, 66% se mostró a favor (28% en contra) de que el Congreso abra un juicio de destitución contra la mandataria, aunque 53% cree que no será apartada del cargo (38% piensa que sí) .
Según el sondeo, los niveles de aprobación y rechazo al gobierno no tienen grandes diferencias entre grupos de distinta renta o escolaridad, lo que demuestra que también en las clases más bajas –bastiones electorales del PT — ha crecido el malestar con el gobierno.
La encuesta de Datafolha fue realizada el martes y miércoles recién pasado entre 3 mil 358 personas en 201 municipios de todo ese país. El margen de error es de dos puntos.
Pierde respaldo en el Congreso
Los dos partidos laboristas que existen en Brasil confirmaron hoy su decisión dejar de respaldar al Gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff, en la Cámara de Diputados, aunque aclararon que no engrosarán la oposición, sino que mantendrán una postura “independiente” .
La decisión fue anunciada por los grupos del Partido Laborista Brasileño (PTB) y del Partido Democrático Laborista (PDT) en la Cámara de Diputados, pero aún se desconoce si la seguirán los miembros de esas dos formaciones en el Senado.
Cada una de esos partidos tiene un ministro en el gabinete de Rousseff, pero ni el PTB ni el PDT aclararon si esa decisión puede llevarlos a dejar el cargo.
El PTB ocupa el estratégico Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, con Armando Monteiro, mientras que el PDT controla el Ministerio de Trabajo, que dirige Manoel Dias.
El diputado André Figueiredo, jefe del grupo del PDT en la Cámara Baja, dijo que “la gota que rebasó el vaso” fueron las críticas que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) hizo a esa formación, después de que votó en contra de algunas medidas de ajuste fiscal propuestas por el Gobierno.
“Nos llamaron traidores y eso es inaceptable” , manifestó Figueiredo, quien explicó que la decisión de abandonar la alianza oficialista se limita “por ahora” a la Cámara Baja, aunque no ocultó que la puede respaldar el grupo del PDT en el Senado.
“Naturalmente, podemos dar otros pasos” , declaró.
En el caso del PTB, la explicación fue similar y la dio el jefe de ese partido en la Cámara de Diputados, Jovair Arantes.
“A partir de este momento, el grupo de diputados del PTB decide asumir una posición de independencia con relación a las votaciones y se reserva el derecho de votar y opinar como quiera” , declaró.
Ambos diputados subrayaron que la postura del laborismo en la Cámara de Diputados será de “independencia” y que no supone que vayan a engrosar las filas de la oposición.
La ruptura de ambos partidos con el grupo del Gobierno en la Cámara de Diputados ocurre en momentos en que la alianza oficialista en el Parlamento se encuentra dividida por las medidas de ajuste que ha propuesto el Ejecutivo en su intento de enderezar las maltrechas cuentas públicas.
Esas medidas han implicado un fuerte recorte del gasto público previsto para este año y un aumento de la recaudación fiscal por la vía tributaria, y a ellas se han opuesto varios de los partidos que integran la variopinta coalición que sustenta al Gobierno.
La coalición oficialista está encabezada por los partidos de los Trabajadores (PT) , de Rousseff, y del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) , que lidera el vicepresidente Michel Temer.
A esos dos grupos, se suman los partidos Republicano Brasileño (PRB) , de la República (PR) , Progresista (PP) , Comunista do Brasil (PCdoB) , Republicano del Orden Social (PROS) y Social Democrático (PSD) , además de las dos formaciones laboristas que han abandonado alianza en la Cámara de Diputados.