“Quien defiende la democracia nunca se arrepiente. La democracia es siempre el lado correcto de la historia”, concluyó la mandataria en su texto.
Rousseff reiteró que el proceso de destitución es un “golpe” de Estado porque las acusaciones en su contra no tienen base legal y ella es “inocente” de las maniobras contables realizadas por el Gobierno en el 2014 y el 2015, consideras delictivas por la oposición.
La presidenta también se pronunció por medio de un video divulgado la noche del viernes por medio de redes sociales, que inicialmente el Gobierno pretendía difundir a través de una cadena nacional de radio y televisión.
En ese mensaje, de tono mucho más duro, calificó a los impulsores del proceso de destitución como “golpistas” y “traidores de la democracia”.
Gostaria de agradecer o inestimável e histórico apoio dos 27 deputados que votaram contra o relatório da Comissão Especial do Impeachment.
— Dilma Rousseff (@dilmabr) April 12, 2016
“Hago una advertencia a los que ven en el impeachment (juicio político) un atajo para el poder. Pueden justificarse ante sí mismos, pero nunca podrán mirarle a los ojos a la nación, porque la palabra golpe estará grabada en la frente de los traidores de la democracia”, afirmó Rousseff.
Asimismo, Rousseff dijo que “lo que está en juego son las conquistas sociales y los derechos de los brasileños” y recordó unas palabras de su vicepresidente, Michel Temer, quien la sustituiría en el caso de su destitución, que avisó que la sociedad brasileña tendrá que asumir “sacrificios” para salir de la crisis económica.
La Cámara de los Diputados votará el domingo si da su aval al proceso de destitución, para lo que hace falta el aval de 342 de los 513 diputados, lo que corresponde a dos tercios del arco parlamentario.
Entonces el proceso pasaría al Senado, que decidiría por mayoría simple si lo admite a trámite, luego de lo cual Rousseff sería apartada del cargo de forma temporal por 180 días mientras se celebra el juicio parlamentario, un tiempo en el que sería sustituida por Temer.