Así lo manifestó el miércoles en el acto de apertura el superintendente del área arqueológica de Roma, Francesco Prosperetti, que añadió que esta es una iniciativa más para “hacer de los Foros y el Palatino lugares más acogedores y accesibles a los turistas”.
Esta prisión, que llevaba un año cerrada al público, se halla bajo la iglesia de San José de los carpinteros, del siglo XVI, y fue utilizada como prisión de máxima seguridad desde los tiempos de los reyes de la Antigua Roma.
Por sus celdas pasaron protagonistas de la historia como el legendario Vercingetórix, caudillo de los galos, y Yugurta, rey de Numidia.
Sólo los prisioneros importantes se mantenían en la prisión, normalmente caudillos extranjeros derrotados que permanecían encarcelados hasta que se hacía un desfile romano y se les estrangulaba en público, a menos que murieran antes de causas naturales.
San Pedro
Aunque este lugar también tiene un gran valor religioso, pues es aquí donde, según la tradición cristiana, fue recluido san Pedro y, de hecho, la cruz del altar de la capilla inferior está al revés ya que lo crucificaron boca abajo allí mismo.
Por su parte, el vicepresidente de la Obra Romana de Peregrinaciones (ORP) del vicariado de Roma, monseñor Liberio Andreatta, dijo durante la inauguración que estaba “feliz” por haber contribuido a “recuperar un pedazo de la Historia muy importante para Roma y para los turistas y fieles de todo el mundo”.
“El Tullianum – recordó Andreatta – fue la prisión de San Pedro, donde hizo brotar el agua que usó para bautizar a los reclusos y carceleros”.
“De hecho, en el pavimento original de la mazmorra hay un pequeño agujero del cual surgía a la superficie un manantial de agua subterránea, esto explicaría los relatos sobre la detención de Pedro”, explicó.
San Pedro habría logrado convertir a sus carceleros, a quienes habría bautizado con el agua de un pozo milagrosamente aparecido tras haber trazado en el suelo el signo de la cruz.
“La cosa más interesante es que el agua continuó surgiendo durante siglos y ha constituido un elemento clave del monumento”, agregó Andreatta.
En el interior de esta antigua mazmorra ha sido instalado un pequeño museo cuyo diseño y recorrido fue ideado por un grupo de arquitectos españoles llamado LaCol, quienes se han ocupado del diseño de las estructuras expositivas o las maquetas.
Por ejemplo, las paredes de la primera planta del museo están adornadas con rejas de hierro para remitir a la idea de la antigua mazmorra, o también debajo del cartel del museo hay un poco de agua porque “es un monumento conectado al culto del agua, donde San Pedro bautizó a los guardias”, precisó Auci.
Entre descubrimientos hallados en las excavaciones y expuestos en las vitrinas destacan tres sepulturas que conservan esqueletos de los siglos IX y VIII antes de Cristo.
La entrada a este complejo se puede realizar en grupos de 15 personas a las que se les entregarán quince tabletas dotadas de una aplicación, diseñada por profesionales españoles del grupo Visivalab, que aporta al visitante la posibilidad de desarrollar un recorrido virtual por el complejo.
“Estas tabletas dan la posibilidad de conocer las características de las sepulturas de los esqueletos que se han encontrado aquí abajo, de la Edad de Hierro, y todos estos detalles se pueden ver a través de los videos y la aplicación”, dijo el responsable de la empresa Española Visivalab, Riccardo Auci.
Abrir puertas, subir y bajar escaleras, dar giros de 360 grados y detenerse a admirar el pavimento de mármol o los colores de los frescos que a simple vista resultarían casi imperceptibles son algunas de las ventajas que ofrece al turista esta aplicación.
Al final del acto de inauguración, el superintendente Prosperetti agregó que “en unos meses” se abrirán al público las salidas de la cale de San Teodoro y del monte Palatino, a la derecha del Arco de Tito, “dentro del marco de multiplicación de accesos y recorridos del área arqueológica central y para enriquecer la oferta cultural de Roma” .