Según la prensa española, Rato, exnúmero dos gobierno de Aznar (1996-2004) , que después dirigió el Fondo Monetario Internacional entre 2004 y 2007, está siendo investigado por el Servicio Ejecutivo de Prevención de Blanqueo de Capitales (Sepblac) tras haberse acogido en 2012 a una amnistía fiscal aprobada por el ejecutivo conservador para hacer aflorar el dinero oculto en paraísos fiscales.
Contactado por la AFP , el ministerio de Economía, de quien depende el Sepblac, no quiso confirmar ni desmentir esta información, asegurando que “sus investigaciones son confidenciales”.
Según varios medios, un juez español solicitó al banco de negocios franco-estadounidense Lazard información sobre el supuesto pago de 6.6 millones de dólares a Rato en 2011, varios años después de que hubiese trabajado para ellos como asesor.
Antigua esperanza de la derecha española, considerado en los años 2000 uno de los grandes candidatos a tomar las riendas del país, Rato comenzó a verse cernido por la justicia con el escándalo de Bankia.
Este banco que él presidió desde 2010 hasta 2012 rozó la quiebra ese año precipitando un rescate europeo a la banca española de 44 mil millones de dólares.
Rato está imputado por estafa, apropiación indebida, delitos contables, falsedad documental y administración desleal, en relación con la salida a bolsa de la entidad en 2011.
También está imputado, junto a casi un centenar de personalidades políticas y sindicales, en el marco de otro escándalo por uso de tarjetas bancarias corporativas opacas al fisco y utilizadas para gastos personales.
Este asunto provocó su expulsión del gubernamental Partido Popular, en una situación muy comprometida ante la multiplicación de escándalos de corrupción que implican a algunos de sus miembros en un año con múltiples citas electorales.
Negándose a comentar la nueva investigación contra Rato, los miembros de esta formación conservadora afirman que el gobierno lucha eficazmente contra una corrupción que provoca la indignación de una población aún asfixiada por la crisis.