La intensa lluvia que comenzó a caer en Madrid desde la víspera obligó a reducir a la mitad los 60 aviones y helicópteros que tenían previsto sobrevolar la capital.
Los reyes, acompañados por su hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, fueron recibidos por el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y otras autoridades del Estado.
Al desfile estaban invitados los 17 presidentes de las Comunidades Autónomas españolas.
Acudieron todos menos los de Cataluña, Carles Puigdemont; del País Vasco, Iñigo Urkullu; de Valencia, Ximo Puig; de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, y de Navarra, Uxue Barkos, algunos por razones personales, otros por cuestiones políticas.
Política
En la tribuna de autoridades, el representante del Partido Socialista fue el presidente de Asturias, Javier Fernández, quien encabeza la comisión gestora del PSOE luego de la dimisión forzada de su último secretario general, Pedro Sánchez, el pasado 1 de octubre.
Esta comisión gestora convocará próximamente a la dirección del partido entre congresos, el llamado comité federal, para que éste decida si facilita la investidura de Mariano Rajoy como jefe del Ejecutivo.
El Gobierno de España está cerca de cumplir 300 días en funciones, toda vez que Rajoy, líder del conservador Partido Popular, no ha conseguido aún la mayoría absoluta (176 diputados de los 350 que componen la Cámara Baja del Parlamento) para poder formar un nuevo Gabinete.
El rey Felipe VI ha convocado a los líderes de los partidos parlamentarios los próximos días 24 y 25 de octubre para hacer una quinta ronda de consultas luego de las dos elecciones que se han celebrado en España en menos de un año, la primera el 20 de diciembre del 2015 y la segunda el 26 de junio del corriente.
Luego de estas consultas, si el Partido Socialista, primero de la Oposición, decide facilitar el Gobierno a Rajoy mediante una abstención total o parcial de su grupo parlamentario, habrá nuevo Gobierno en España antes de que acabe el mes.
El 31 de octubre es el día en que, por imperativo constitucional, se disolverán automáticamente las Cortes Generales (el Parlamento) para dar paso a unas insólitas terceras elecciones generales que los grandes partido prometieron evitar.
Una vez concluida la parada militar, los reyes presidirán la tradicional recepción en el Palacio Real, a la que están invitadas más de un millar de personas.