“Yo no creo que tantas personas podrían llorar a alguien que, como él dice, es un dictador, o ha causado hambre o ha causado estragos en la población cubana. Las personas lo que le están dando aquí es amor. Y es el amor que él les dio, que se lo están retribuyendo”, afirmó el cadete universitario.
González, de 23 años, hizo las declaraciones a la prensa cuando asistía al homenaje a Castro, fallecido el viernes a los 90 años, una década después de alejarse del poder por una crisis de salud.
González fue sacado por su madre Elizabeth Brotons hacia Estados Unidos en una precaria embarcación que naufragó en noviembre de 1999.
Muerta la madre en el naufragio, el niño de casi seis años fue rescatado y llevado a Miami, lo que dio inicio a una disputa legal por su custodia entre los familiares del exilio y su padre Juan Miguel, apoyado por Castro.
El conflicto se convirtió en un asunto nacional en Cuba y, tras su retorno a la isla en junio del 2000, se convirtió en una especie de símbolo, presente en todos los grandes eventos.
“Fidel fue ese amigo que en el momento difícil estuvo junto a mi familia, junto a mi padre, hizo posible que yo volviera junto a mi padre, volviera a Cuba y entonces eso es lo que siempre le voy a agradecer”, expresó.
El joven calificó de “gran paso” la política acercamiento del presidente estadounidense Barack Obama que restableció relaciones con Cuba después de 50 años de ruptura y enfrentamientos.
Trump, “lo que haría, sería retroceder en todo esto”, indicó.
El lunes, Trump volvió a la carga y dijo estar dispuesto a poner fin a las relaciones “si Cuba no está dispuesta a hacer un mejor acuerdo para los cubanos, los cubano-estadounidenses y los estadounidenses en general”.
