Pero cuando les pidió que regresaran este mes, enfrentó un dolor de cabeza inesperado: al menos 30 dijeron que no regresarían, dejándolo corriendo por contratar trabajadores nuevos justo cuando necesitaba entrar en acción.
“Cuando cierras cosas durante tanto tiempo, la gente piensa dos veces sobre si quiere permanecer”, dijo Thiriet, co-director del Grupo Heintz, propietario de 11 hoteles y tres restaurantes en la ciudad ribereña de Metz.
Restaurantes y hoteles de todo el País enfrentan el mismo problema. Cantidades de trabajadores están decidiendo no regresar a sus empleos en la industria hotelera. Es una preocupación particular en Francia, que por lo regular encabeza la lista de los países más visitados del mundo.
Un déficit de quizás hasta 100 mil trabajadores de hoteles y restaurantes es particularmente preocupante porque cientos de miles de personas están buscando empleo después de la peor recesión en Francia en décadas, señalan los gremios más grandes de la industria. Los patrones dicen que se está volviendo más difícil atraer a solicitantes de empleo a una industria cuyo futuro está atado a los caprichos del coronavirus
El problema de la falta de personal ha surgido a medida que miles de hoteles y restaurantes que sobrevivieron a la crisis dan un giro para intentar compensar la caída del 80 por ciento en las actividades desde la primavera pasada. Los cierres por el Covid-19 le han costado a la industria turística de Francia, piedra angular de la economía, más de 60 mil millones de euros en ingresos perdidos desde el año pasado.
“Sabemos que volveremos a tener clientes este verano, ése no es el problema”, dijo Yann France, propietario de La Flambée, un restaurante en la ciudad de Deauville. “La preocupación es que no tendremos una fuerza laboral adecuada”.
Ahora resulta claro que un generoso plan de permisos laborales subsidiados por el Estado destinado a ayudar a los patrones franceses a mantener al personal en espera también ha creado inconvenientes inesperados. En el medio año en que los empleados del sector hotelero recibieron el 85 por ciento de sus sueldos para quedarse en casa, muchos han tenido tiempo de sobra para reevaluar su futuro.
“Muchas personas están decidiendo que tienen otras cosas que hacer en vez de continuar en una profesión en la que no está sucediendo nada”, dijo Thiriet, quien también es representante del gremio hotelero más grande de Francia, la Unión de Oficios e Industrias de la Hospitalidad.
La industria del turismo de Francia también espera que el inminente levantamiento de una prohibición de un año a todos los viajes, salvo los más esenciales, de Estados Unidos a la Unión Europea, atraiga de nuevo a los estadounidenses que gastan libremente.
Los subsidios gubernamentales han sido vitales para mantener a flote a los negocios. Pero no garantizan que los patrones puedan proteger a los trabajadores más calificados.
Craig Carlson, propietario de Breakfast in America, un restaurante de hot cakes en París, dijo que los planes de permisos pagados habían puesto en desventaja a algunos de sus trabajadores mejor pagados. Mientras que los meseros que ganan el salario mínimo mensual de mil 539 euros en Francia reciben su salario íntegro bruto bajo el programa de permisos, los cocineros y gerentes, que ganan más, aceptaron un recorte salarial del 15 por ciento para quedarse en casa hasta que el restaurante vuelva a abrir.
Para un gerente, un padre soltero con dos hijos, el sueldo reducido significa que “realmente está batallando”, dijo Carlson.
Gaëlle Fournier contribuyó con reportes a este artículo.
2021 The New York Times