El mandatario llegó al Arco del Triunfo tras recorrer la avenida de los Campos Elíseos, engalanada para la ocasión con banderas francesas y cubanas y rodeada de un riguroso dispositivo de seguridad.
En el acto se interpretaron los respectivos himnos nacionales, y el dirigente cubano hizo una ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido, junto a la ministra de Ecología, Ségolne Royal, la número tres del gobierno.
Tras la ceremonia, Raúl Castro bajó en auto por los Campos Elíseos escoltado por la Guardia Republicana francesa a caballo.
Cerca podía verse a pequeños grupos de simpatizantes castristas, ondeando banderas cubanas.
Un joven cubano que prefirió no decir su nombre, declaró que está aquí “para ver a Raúl” y “evidentemente” para apoyarlo.
Un poco más allá, un grupo de miembros de la asociación Cuba Sí Francia. “Estamos aquí para saludar y dar la bienvenida a Raúl Castro” . Esta visita “es un acontecimiento que deseamos desde hace tiempo, que Cuba sea reconocida por Francia y por Europa con su soberanía y su independencia” , afirmó Michel Taupin, uno de los miembros de la asociación.
Hollande recibió en el Palacio del Elíseo al primer presidente cubano que realiza una visita de Estado a Francia, Raúl Castro, con quien abogó por reforzar los vínculos económicos como modo de que Cuba “tome su lugar” en el concierto internacional.
En una declaración conjunta a la prensa, durante la que no se admitieron preguntas, Hollande lanzó un llamamiento contundente al presidente estadounidense, Barack Obama, para que este vaya “hasta el final” para acabar con el bloqueo.
“Obama, que ya ha hecho numerosos gestos, debe, como él mismo ha dicho, ir hasta el final y permitir que este vestigio de la Guerra Fría termine” , aseguró.
En esa misma línea, agregó que “Francia siempre ha estado convencida de que, pese a todas las tensiones internacionales que hayan podido existir, había la necesidad de levantar el embargo” .
Ese fue el mensaje, dijo, que transmitió a las autoridades cubanas en su histórica visita a la isla el pasado mes de mayo, cuando se convirtió en uno de los primeros jefes de Estado occidentales en viajar a Cuba en décadas.
Especial protagonismo tuvo en la conversación entre ambos líderes el acuerdo alcanzado el pasado 12 de diciembre con el Club de París (que reúne a los principales acreedores de Cuba) para reestructurar una deuda de 11.100 millones de dólares en cesación de pagos desde 1986, de los cuales más de 4.000 millones correspondían a Francia.
Los acreedores condonaron ese día 8.500 millones de dólares correspondientes a intereses y la isla se comprometió a pagar los 2.600 millones de dólares restantes en un plazo de 18 años.
Gracias a ese acuerdo, subrayó Castro ante la prensa, “se crean condiciones mas favorables para el desarrollo de las relaciones financieras y la ejecución de nuevos planes y proyectos conjuntos” .
Tras agradecer el “papel significativo y la posición constructiva” de Francia en aquellas negociaciones, el líder cubano elogió el “liderazgo” galo en la construcción de una nueva etapa en las relaciones entre la isla y la Unión Europea “sobre bases de respeto y reciprocidad” .
“Francia es un importante socio para Cuba. Somos dos naciones con realidades históricas y culturales diferentes (…), pero nuestras relaciones son de amistad” , manifestó.
El viaje se produce tras el histórico acuerdo alcanzado en París en diciembre, que alivia la carga de la deuda extranjera cubana y llega apenas unos días después de que Francia recibió al presidente de otro gobierno repudiado durante años: Irán.
Hollande, quien durante muchos años fue líder de los socialistas franceses, recibió a Castro con un fuerte abrazo en el Palacio del Elíseo de París e inició el encuentro exclamando en francés “íVive Cuba!”.
Además, ambos países suscribieron hoy otro acuerdo por el que se destinarán 231 millones de dólares adeudados a un fondo franco-cubano que servirá para financiar proyectos de desarrollo en la isla.
En total, se rubricaron en el Elíseo seis acuerdos bilaterales en diferentes campos, como la economía, el turismo, el comercio justo, el transporte ferroviario o la ayuda al desarrollo.
Tras felicitar a Francia por la exitosa organización de la Cumbre del Clima (COP21) , Castro anunció que el próximo mes de mayo se celebrará el primer mes de la cultura cubana en Francia y de la cultura francesa en Cuba.
“Francia ha sido, es y será un importante socio de Cuba. Somos dos Estados con realidades históricas, culturales, geográficas y sistemas políticos diferentes. Sin embargo, la relación amistosa productiva y respetuosa que mantenemos demuestra que es posible fijarnos metas y proyectos comunes” , consideró.
La visita de Estado comenzó con la recepción con todos los honores de Castro en el emblemático Arco del Triunfo, donde la ministra francesa de Ecología, Ségolne Royal, ejerció de primera anfitriona en la ceremonia, en la que se efectuó la tradicional ofrenda ante la Tumba del Soldado Desconocido.
Luego de cerrar la jornada con una cena de gala en el Elíseo a la que estaban invitados, entre otros, el músico David Guetta, el cineasta Costa Gavras o el político izquierdista Jean-Luc Melenchon, el programa de Castro el martes incluye reuniones con el primer ministro, Manuel Valls, y la alcaldesa parisina, Anne Hidalgo, así como una visita al Museo del Hombre.
Deuda, inversiones y derechos humanos
París busca reforzar la presencia de empresas francesas en una Cuba que se abre poco a poco a la economía de mercado.
Con un comercio anual de unos 180 millones de euros, Francia forma parte de los 10 primeros socios de Cuba y, entre sus planes, está profundizar sus relaciones con La Habana.
La isla, un polo turístico en expansión y con una obra de mano calificada, es vista por Estados Unidos y sus competidores europeos con renovado interés.
París considera asimismo que Cuba tiene un lugar particular en América Latina, una región prioritaria para la diplomacia del gobierno de Hollande.
Desde su elección en mayo del 2012, el presidente francés ha recibido a numerosos dirigentes latinoamericanos, ha realizado varias visitas a países de la región (Brasil, México, Cuba) y viajará próximamente a Perú, Argentina y Uruguay.
Con el propósito de crear las mejores condiciones posibles para esta nueva relación, Francia fue recientemente el artífice de un acuerdo sobre la deuda cubana con sus acreedores del Club de París.
En virtud de ese convenio, la isla logró que le condonaran 8.500 millones de dólares, lo que debería desbloquear su acceso a los mercados financieros, mientras espera el fin del embargo estadounidense impuesto en 1962, condenado durante varios años por Francia.
Pero París quiere aprovechar la visita de Castro para ir más allá y anunciar planes de financiamiento en el marco de la reestructuración de la deuda cubana.
Los franceses también están en la primera línea de las negociaciones iniciadas en abril de 2014 entre Cuba y la UE, que pronto podrían desembocar en un “acuerdo de diálogo político y cooperación” , lo que significará dejar atrás viejas controversias sobre los derechos humanos.
El espinoso tema, por el que Cuba es blanco de críticas frecuentes, estará en las “discusiones bilaterales” , aseguró una fuente diplomática francesa en París.
Francia será siempre “vigilante” respecto a los derechos humanos y planteará la cuestión cada vez que sea necesario, pero considera que “el diálogo es lo más eficaz” para hacer avanzar las cosas en ese dominio, comentó otra fuente diplomática.
Cuestionado por su visita en mayo al expresidente Fidel Castro, Hollande hablará sin duda al respecto de forma discreta.
El martes, Raúl Castro mantendrá reuniones con la directora general de la Unesco, Irina Bokova, con los presidentes de la Asamblea y del Senado, con la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el primer ministro Manuel Valls, antes de visitar el recién renovado Museo del Hombre.
Por su parte, el vicepresidente cubano, Ricardo Cabrisas, se reunirá con empresarios franceses el martes por la mañana en la sede del Medef, la principal organización empresarial de Francia.