Rachel Gow, de 29 años, tenía la vida perfecta soñada por muchos. Sin embargo, para ella la felicidad era llegar al altar, ser llamada esposa, tener en su vientre el fruto de un amor y, posteriormente, ser madre. Aunque tenía una meta para ello: cumplirlo antes de los 30 años.
La depresión se hizo presente y sembró en su mente la intriga de que su novio Anton Tsvarev podría romper la relación. Además de eso, su edad la hacía pensar que no cumpliría con su deseo. Por ello escribió un papel a su novio que decía: “Te deseo lo mejor en el futuro”. Luego se quitó la vida.
El novio luego de visitar a un amigo llegó a la casa de Gow pero se sorprendió al encontrarla tirada en el piso sin vida. Tras varios intentos de traerla de vuelta a la vida, desistió llorando la muerte de su amada.
La depresión de Gow comenzó en el 2011 cuando su madre Connie, de 66 años, falleció por cáncer. La joven encontró consuelo en su novio, con quien meses después vivieron juntos.
Conocidos aseguraban que se les veía muy feliz y que tenían una relación seria. Los planes de la pareja eran casarse ante la iglesia.
A pesar que Gow tenía metas propuestas, la edad era algo prioritario para ella, ya que no quería llegar a los 30 años sin una sortija en su dedo; incluso ahorraba cada mes para lograr la boda de sus sueños con la persona que más amaba.
“No sabía lo serio que se tomaba su meta de ser madre y esposa”, dijo el novio al portal Metro.
En septiembre del año pasado, Gow asistió a terapia psicológica porque sus problemas se estaban incrementando.
El suicidio sigue bajo investigaciones por autoridades locales para determinar la muerte pero todo señala que fue por depresión y problemas psicológicos.
La joven habría cumplido 30 años en enero de este año.