Desde que Estados Unidos llegó al límite de deuda en enero, el Departamento del Tesoro ha utilizado trucos contables (conocidos como “medidas extraordinarias”) para seguir pagando las cuentas de Estados Unidos y evitar un incumplimiento. Janet Yellen, la secretaria del Tesoro, anunció que la nación agotaría estas medidas el 1.° de junio, y entonces llegaría a la fecha límite, designada “X-date” (fecha X).
Hay varias rutas posibles para elevar el tope de la deuda. Algunas son sencillas, pero poco probables, mientras que otras son más complicadas o podrían generar caos en la economía.
Oportuno, pero poco probable
La resolución más sencilla sería solo aprobar un convenio para elevar o suspender el límite de la deuda antes de que el gobierno de Estados Unidos se quede sin efectivo. El límite se elevó con este procedimiento tres veces durante la administración de Trump y decenas de veces con otros presidentes.
Por desgracia, los republicanos de la Cámara de Representantes han dejado claro que quieren que se añadan disposiciones para recortar el gasto en este próximo aumento del límite de la deuda. El gobierno de Biden sostiene con firmeza la postura opuesta, e insiste en que solo aceptará un convenio sin recortes al gasto. El presidente Joe Biden se reunirá con líderes republicanos y demócratas en la Casa Blanca el martes para decidir cómo proceder.
Si los republicanos de la Cámara de Representantes aceptan la postura sin condiciones de la Casa Blanca, o si la Casa Blanca accede a algunos recortes del gasto, podría concretarse un acuerdo sin causar interrupciones graves en el mercado y sin necesidad de maniobras especiales del Congreso. Dada la postura de ambas partes, parece poco probable que suceda.
Antes de la fecha X
Si no se llega a un acuerdo a tiempo, la nación enfrentaría un periodo de acciones políticas arriesgadas que podría causar gran conmoción en los mercados.
Los republicanos han mencionado la idea de una suspensión temporal, que implicaría demorar el debate sobre el límite de la deuda. Entre tanto, el Congreso acordaría elevar el límite un poco para ganar más tiempo. En esencia, esa decisión solo postergaría la decisión para otro momento.
El problema: Algunos analistas de Wall Street han dado a entender que la inminente fecha X aumenta las probabilidades de una suspensión temporal, hasta ahora el Congreso parece poco dispuesto a optar por un retraso que ambas partes puedan aceptar. El debate tendría que ocurrir de cualquier manera y, si se retrasa suficiente tiempo, bien podría coincidir con el ciclo de las elecciones presidenciales de 2024 y presentar un comodín político en un momento inoportuno.
El Congreso también podría utilizar una maniobra especial llamada “petición de descarga” para evadir la resistencia de los conservadores republicanos e intentar que la Cámara de Representantes autorice un acuerdo. Una petición de descarga es una solicitud con la firma de la mayoría de los miembros de la Cámara de Representantes, independientemente de su afiliación, que puede obligar a la Cámara a evaluar un cuerpo de leyes, como un proyecto para elevar el límite de la deuda. Esta medida podría emplearse antes o después de la fecha X.
El problema: Las peticiones de descarga requieren mucho tiempo y con facilidad se arruinan. El proceso requiere que por lo menos cinco republicanos de la Cámara de Representantes decidan firmar para evadir al presidente de la Cámara Kevin McCarthy y la dirigencia del partido. En una señal de creciente inquietud en cuanto al límite de la deuda, los demócratas hace poco comenzaron el proceso de petición de descarga y planean comenzar a recabar firmas a mediados de mayo.
En 2011, los legisladores permitieron que el debate sobre el techo de la deuda se prolongara demasiado, luego convinieron en elevar el tope de la deuda en el último minuto. Los políticos han dado a entender en privado que, en esta ocasión, concretar un acuerdo podría causar graves problemas en los mercados financieros.
El problema: Los mercados se han acostumbrado a prolongados debates sobre el límite de la deuda, y algunas personas en Wall Street creen que los inversionistas quizá no tengan suficientes reacciones para llevar a un acuerdo antes de la fecha X. Además, el trastorno del mercado en sí mismo tendría un gran costo y podría llegar a ralentizar la economía en su conjunto.
Después de la fecha X
Si el gobierno no eleva el tope de la deuda antes de la fecha X, el Departamento del Tesoro tendrá que incurrir en incumplimiento por lo menos de algunas obligaciones. Los funcionarios quizá intenten pagar algunas deudas en vez de otras, pero no hay claridad en cuanto a lo práctica o conveniente que sería esa priorización, en términos políticos.
Si el Tesoro paga algunas obligaciones importantes (como los intereses sobre los bonos estadounidenses) y deja pendientes otras, podría ayudar a mitigar el daño en tanto los legisladores tratan de llegar a un acuerdo. Pero el Tesoro todavía podría equivocar sus cálculos, o sencillamente quedarse sin tiempo, y así causar que la nación también incurra en el impago de sus deudas financieras.
Si el Tesoro decide priorizar pagos, la opción más sencilla quizá sea priorizar solo los pagos de deuda. El Tesoro podría dejar de pagar todas las obligaciones, con excepción de intereses y suerte principal de sus bonos. Durante el punto muerto de 2011 con el techo de la deuda, los funcionarios elaboraron planes tentativos de contingencia para este tipo de priorización, según indican transcripciones de esa época de la Reserva Federal.
El problema: Incluso si es posible priorizar pagos de intereses, no quiere decir que sea lógico en términos políticos. El gobierno les pagaría a los tenedores de deuda, entre los que se encuentran naciones extranjeras como China, antes que a los empleados federales, veteranos y beneficiarios de seguridad social. Podría ser mejor que empujar a los mercados hacia una caída libre, pero sería difícil para quienes dependen de los pagos del gobierno.
Otra opción para el Tesoro es priorizar otras obligaciones además de los intereses, como pagar a los beneficiarios de la seguridad social o los sueldos de los militares. Esta priorización más granular podría hacerse de muchas maneras, dependiendo de lo que el gobierno decida dejar de pagar.
El problema: Antiguos funcionarios del Tesoro han dicho que quizá no sea posible priorizar detalladamente, pues los sistemas del gobierno no están diseñados para activarse y desactivarse como se abre o cierra un grifo. También sería difícil en términos políticos para los funcionarios decidir qué pagar y qué dejar para después.
Otra opción sería sencillamente pagar obligaciones en orden hasta que se agote el dinero. Eso causaría que las personas e instituciones a quienes el gobierno les debe dinero recibieran pagos demorados, pero sí los recibirían en algún momento.
El problema: Pagar obligaciones en el orden que se reciben sin priorizar los intereses podría provocar que el punto en que el gobierno cayera en incumplimiento de su deuda llegara más rápido… una situación en la que no se pagarían intereses a tiempo.
Comodines
Expertos y conocedores han propuesto otras soluciones, como acuñar una moneda de 1 billón de dólares y depositarla en la Reserva Federal para darle efectivo al gobierno. Los funcionarios del gobierno de Biden también han hablado sobre la posibilidad de ignorar el límite de la deuda, con fundamento en una cláusula de la 14ª. Enmienda que sostiene que Estados Unidos debe cubrir sus deudas.
Incumplimiento
Muchas personas en Wall Street piensan que la peor situación se presentaría si el gobierno dejara de pagar intereses y cayera en el incumplimiento de pago de su deuda.
Algunos economistas han advertido que eso sería catastrófico. A lo largo de la historia, inversionistas nacionales e internacionales por igual han visto la deuda estadounidense como una inversión segura, y un incumplimiento podría afectar su confianza en que Estados Unidos cumple sus obligaciones, e incluso impulsar al alza los costos de los préstamos para el gobierno durante varios años. Además, estas inquietudes podrían causar efectos en otros mercados.
En el pasado, la Reserva Federal ha evaluado estrategias para amortiguar temporalmente los daños posibles, como comprar bonos en impago. Pero el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell enfatizó la semana pasada que ninguna medida podría salvar a Estados Unidos de consecuencias graves.
Es difícil saber exactamente cómo reaccionarán los inversionistas en caso de que no se hagan pagos de intereses, porque hay pocos precedentes: el Tesoro no efectuó a tiempo pagos a algunos pequeños inversionistas en la primavera de 1979 debido a un problema técnico, pero en general, el gobierno ha pagado sus deudas a tiempo en la era moderna de Estados Unidos. Los mercados podrían dar un giro de inmediato, o podrían tardar algún tiempo en reaccionar.
Al final del día, todos los caminos llevan al mismo lugar: Estados Unidos tendrá que encontrar la manera de pagar las obligaciones que ha asumido. La pregunta es cuánto daño se causará en el camino.