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¿Qué le espera al muro fronterizo de Trump?

En lugar de construir más muros, los demócratas hace tiempo que favorecen usar la tecnología como una alternativa a lo largo de los 3.000 kilómetros de la frontera con México.

El proyectado presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha prometido detener la construcción de un muro en la frontera con México, lo que deja en suspenso el futuro de la pieza central de los esfuerzos del presidente Donald Trump para reducir la inmigración ilegal por esa zona.

El jefe de la Patrulla Fronteriza en el Sector de Laredo, Matthew Hudak, dijo que hay contratos vigentes para comenzar a construir aproximadamente 113 kilómetros de frontera en esa área de Texas, de un total de 270.

Según el oficial, un muro ayudaría a combatir a los grupos criminales que usan la frontera como un medio de enriquecerse con el contrabando de personas y bienes.

“Cuando levantamos sistemas de murallas… le quitamos la fuente de ingresos a esas organizaciones criminales. Ese es un dinero que no va a regresar a México a financiar el suministro de armas y municiones que usan para victimizar a nuestros vecinos del otro lado de la frontera”, dijo Hudak.

El destino del muro fronterizo

Biden dijo que no derribará la muralla ya levantada por Trump, pero durante la convención conjunta nacional en agosto pasado de la Asociación Nacional de Periodistas Negros y la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos, prometió que “no habrá un nuevo pie de muralla construido” en su administración.

El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. dijo que su meta era construir 724 kilómetros de muro fronterizo para fines de 2020.

“El presidente Trump es todavía el presidente (y) lo será hasta el 20 de enero, así que, hasta entonces, podemos esperar que continúe la construcción del muro fronterizo”, dijo Jessica Bolter, analista adjunta del Instituto de Política Migratoria, un centro de estudios con sede en Washington, D.C.

El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras dijo que la mayoría de los contratos ya fueron asignados y la construcción está en marcha para los aproximadamente 1.188 kilómetros financiados hasta la fecha.

Sin embargo, Bolter señaló que la administración Biden tiene opciones sobre los contratos existentes.

“Su administración bien podría buscar la cancelación de los contratos que están actualmente en progreso, posiblemente incluso donde la construcción está en marcha”, dijo Bolter. “El gobierno tiene mucho margen para hacer esto y generalmente con bastante facilidad, a veces pagando un cargo por cancelación anticipada a los contratistas”.

Las controversias sobre el muro

La autoridad de Trump para usar gran parte del dinero para construir un muro fronterizo ha sido disputada y espera por una decisión de la Corte Suprema. La batalla legal pudiera convertirse en un asunto polémico bajo una administración Biden.

“Pienso que va a ser uno de esos problemas que encontrarán una solución en la transición política”, opinó Tony Payan, director del Centro para Estados Unidos y México del Instituto de Política Pública de la Universidad Baker en Houston.

“La decisión de la Corte Suprema en realidad no importará”, agregó Payan.

Biden dijo también: “Retirar las demandas. Nos salimos. No vamos a confiscar la tierra”, en relación con las demandas del gobiernos contra propietarios de tierra que se niegan a cederlas para un muro fronterizo.

Enfoque en la tecnología

En lugar de construir más muros, los demócratas hace tiempo que favorecen usar la tecnología como una alternativa a lo largo de los 3.000 kilómetros de la frontera con México.

“Voy a asegurar que tengamos una protección fronteriza, pero estará basada en garantizar que usemos capacidad de alta tecnología para ello”, dijo Biden.

En Laredo, tecnologías como cámaras, radares, sensores y drones han ayudado a los agentes de la patrulla fronteriza donde no había muralla, pero Hudak dice que los agentes necesitan más herramientas para un trabajo exitoso.

“Cuando podamos tener esa tecnología, que nos digan exactamente lo que estaremos usando antes de acercarnos a ella y que sea segura para todos”, dijo.

“Es una combinación de barrera física (y) patrullaje en carreteras, para que nuestros agentes tengan la habilidad de moverse por todo el tramo fronterizo y usar al mismo tiempo las tecnologías. Son las tres cosas juntas, entonces le sumaremos la capacidad humana y tendremos todas las tres piezas de ese triángulo trabajando a la vez”, añadió.

Consecuencias imprevistas

Los oponentes dicen que un muro fronterizo daña los ecosistemas, provocando inundaciones y poniendo el peligro a especies animales, y que Biden debe hacer más para detener la construcción.

“Pienso que estamos subestimando el tipo de daño que el muro va a ocasionar a lo largo de la frontera EE.UU.-México”, explicó Payan. “Incluso así, Biden no tiene intenciones de destruir lo que se haya construido, aunque pienso que en algunas partes habría que hacerlo. El daño al medio ambiente es muy grande”.

Más allá del muro

Fuera del tema del muro, muchos grupos de derechos de los inmigrantes confían en que la administración Biden abandone muchas de las acciones ejecutivas de Trump sobre inmigración, que no necesitan aprobación del Congreso.

Los analistas dicen que uno de los programas que Biden puede reinstalar con facilidad es el de Acción Diferida para la Llegada de Niños del presidente Barack Obama, que permitía permisos de trabajo para los inmigrantes que entraron indocumentados a Estados Unidos cuando eran niños.

Trump ordenó el final del programa en 2017. En junio de 2020, la Corte Suprema falló a favor de los recipientes del DACA, pero persiste la posibilidad de que la administración aun pueda anular el programa en el futuro sin una justificación apropiada.

No obstante, deshacer otras políticas de Trump podría ser más difícil, como los Protocolos de Protección de Migrantes, que requieren que la mayoría de los inmigrantes indocumentados sean regresados a México hasta su cita ante una corte de inmigración.

Bolter dice que tomará tiempo y recursos maniobrar los procedimientos administrativos y burocráticos para deshacer muchos de los programas de Trump.

“Muchas de las acciones ejecutivas que ha tomado el presidente Trump, incluso cuando técnicamente pueden deshacerse por la propia administración, el proceso de ir una por una será extremadamente arduo”, dijo Bolter. “No es algo que pueda hacerse inmediatamente si las nuevas regulaciones tienen que pasar por un período de notificación y comentario”.

Una administración Biden, agregó, tendrá prioridades encontradas, como la seguridad humanitaria y por la pandemia en la frontera.

“Es improbable que (la administración Biden) pueda dedicar los mismos recursos a la inmigración que Trump”, dijo Bolter.