Tal es el caso de Dinamarca que gracias a las acciones que tomó al conocer que el covid-19 había llegado a Europa, logró ser la primera nación de ese continente en detener el virus.
¿Cómo lo logró?
Dinamarca tiene una población de 5 millones 840 mil habitantes y tiene una densidad de población de 136 habitantes por kilómetro cuadrado. Desde que las autoridades danesas se percataron de la presencia del covid-19 en Europa, optaron por imponer un restrictivo confinamiento, un estricto sistema de rastreo de contactos de personas contagiadas por el virus.
El país no confinó a su población ni impuso uso de mascarillas en exteriores, pero sí aprobó un amplio cierre de la vida económica y social durante la primera y segunda ola.
Otro aspecto que ayudó en Dinamarca es que se hicieron pruebas masivas para detectar covid-19 y también la secuenciación de pruebas.
Vacunación alta
Las autoridades no solo se concentraron en imponer medidas de contención, sino que también se adelantaron para poder obtener rápidamente las vacunas y cuando estuvieron disponibles las aplicaron masivamente.
Este país posee una de las cifras de vacunación más altas en el mundo: el 75.7 % de la población total ha iniciado el proceso (más del 86 % de los mayores de 12 años) y el 73.1 %, lo ha completado, según los últimos datos oficiales.
Hace tres semanas, después de 548 días, Dinamarca levantó todas las restricciones que quedaban
El regreso a la normalidad ha sido paulatino en ese país, las mascarillas en el transporte público ya no fueron obligatorio desde el 14 de agosto. El 1 de septiembre se quitaron las limitaciones para reuniones públicas y dejó de ser obligatorio mostrar el pase digital en restaurantes, estadios, peluquería o gimnasios o peluquería.
A partir del 9 de septiembre dejó de requerirse la presentación el carné de vacunación para ingresar a clubes nocturnos, con lo que se volvió el último resguardo contra el virus en caer.