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“El líder norcoreano Kim Jong-un acaba de decir que el ‘botón nuclear está sobre su mesa todo el tiempo’. Puede alguien de su régimen agotado y hambriento decirle que yo también tengo un botón nuclear y que es mucho más grande y poderoso que el suyo”, respondió, en tanto, el presidente estadounidense.
Las amenazas llegan después de una creciente tensión entre ambos países, que alardean de tener uno de los sistemas más letales de misiles de largo alcance que podrían desencadenar la tercera guerra mundial y que podrían ser activados por el famoso “botón rojo nuclear”.
Sin embargo, la realidad es que no existe ningún botón rojo nuclear.
“Eso es lo primero que debemos entender: el botón nuclear es solo una metáfora”, aclara una investigación periodística publicada en el sitio xataka.com, y que resalta que el proceso de un ataque nuclear es mucho más complejo y complicado que simplemente presionar un botón.
Lo que sí existe, según el texto, es una serie de códigos y protocolos que los presidentes deben seguir al momento de decidir el ataque contra otro país y que generalmente están contenidos en una maleta que debe mantenerse siempre a pocos metros del primer jefe de una nación.
Este sistema es utilizado como un secreto a voces por los presidentes de Estados Unidos y se han visto maletines o artilugios similares a mandatarios de Francia, Rusia y Cuba, por lo que se supone que algo parecido debe utilizarse en el caso de Corea del Norte.
Sin embargo, la metáfora se maneja así debido a que “a efectos prácticos, el resultado final es muy similar a la de un detonador: una vez que se toma la decisión, que se pulsa el botón rojo, ya no hay marcha atrás”, aclara el texto, que especifica que en el caso de EE. UU. el ataque podría desencadenarse en 15 minutos y que, por seguridad, hay otra copia de ese maletín en la Casa Blanca, aparte de la que porta el presidente.
El tamaño sí que importa
En cuanto al “tamaño del botón”, este sí que es importante, ya que la letalidad de la decisión de ataque depende del armamento o capacidad nuclear que posea el país que decida atacar, dice el artículo.
Por esa razón Pionyang levantó las alertas mundiales en sus múltiples pruebas nucleares y que aseguró podrían alcanzar a cualquier país, pero también potencias como EE. UU. y Rusia han efectuado pruebas balísticas similares y sistemas antimisiles, aunque se supone que estas están reguladas por un pacto mundial al que no está sometido Corea del Norte.
“En el 2010, EE. UU. contaba con cinco mil 113 ojivas nucleares operativas. Es un arsenal inmenso, pero está lejos de las 31 mil 225 que llegó a tener en plena Guerra Fría”, cita la investigación, que consigna que Rusia podría triplicar esa cantidad de ojivas, pero que otros países no pueden aspirar siquiera a alcanzar esas cantidades, lo que sí pondría a Estados Unidos en ventaja con el “botón más grande”.
El artículo expone que, una vez tomada la decisión de ataque del presidente de EE. UU., se deciden la cantidad y tipo de misiles que deben ser lanzados, así como el lapso y el lugar donde deben impactar, lo que no tomaría mucho tiempo.
“En total, un cuarto de hora es suficiente para desencadenar el Apocalipsis y desatar ‘un fuego y una furia como jamás se hayan visto’. Buena manera de empezar el año”, puntualiza el artículo.