Michael Brandon Samra, de 41 años, fue condenado en 1998 por su participación en los asesinatos de Randy Duke, la novia de Duke, Dedra Mims Hunt, y las hijas de Hunt, de 6 y 7 años.
Samra tenía 19 años cuando se cometieron los asesinatos en 1997 en Pelham, Alabama.
Llevó a cabo los crímenes con el hijo de 16 años de Duke, Mark, quien estaba enojado con su padre porque le había negado el uso de su camión.
Mark Duke también fue condenado a muerte, pero su sentencia cambió a cadena perpetua luego de que la Corte Suprema estadounidense dictaminara en 2005 que quienes tienen menos de 18 años en el momento de cometer delitos no deben ser ejecutados.
Por si no lo vio: ¿Asfixia por nitrógeno para ejecutar reos?
Los abogados de Samra habían apelado pidiendo que se considerara que era menor de 21 años al momento del crimen, lo cual fue rechazado por la Corte Suprema.
Luego solicitaron a la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, que concediera el indulto por el mismo motivo, pero ella se negó alegando que su estado “no tolera actos asesinos de ninguna naturaleza”.
En Tennessee, Johnson le pidió al gobernador Bill Lee que suspendiera su ejecución porque había sido redimido a través de la práctica religiosa adventista durante su tiempo en prisión.
A pesar de contar con el apoyo de la iglesia e incluso de la hija de su víctima, Lee se negó.
En lo que va de 2019, Estados Unidos ha realizado siete ejecuciones.
Contenido relacionado
> Ejecutan al autor de uno de los crímenes de odio más impactantes en décadas en Estados Unidos
> Los 10 países del mundo con más ejecuciones por pena de muerte