Suscriptores
¿Qué busca China realmente en Panamá?
Los esfuerzos de Pekín por ampliar su alcance en el país centroamericano se han topado con varios obstáculos, en parte debido a la presión estadounidense.
Aumentar el comercio en el canal de Panamá es uno de los principales intereses de China. (Foto Prensa Libre: EFE)
Se habló de una línea ferroviaria de alta velocidad que China construiría en Panamá. Una nueva línea de metro en Ciudad de Panamá. Un moderno puerto de contenedores.
China lleva años trabajando para establecer lazos e influencia en Panamá, como parte de su ambición más grande de ampliar su huella en Latinoamérica. El esfuerzo ha tenido algunos éxitos, pero también muchos reveses.
En 2017, China se anotó una importante victoria cuando Panamá cortó sus lazos diplomáticos con Taiwán, la isla autónoma que China reclama como su territorio, y en su lugar reconoció a Pekín. Panamá había sido uno de los pocos países del mundo que reconocía a Taiwán como Estado soberano.
Al año siguiente, Panamá se convirtió en el primer país latinoamericano en adherirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el programa de infraestructuras globales del líder chino Xi Jinping, cuyo objetivo es ampliar el peso geopolítico de China y contrarrestar la influencia estadounidense.
Promesas
Lo que siguió fue un torrente de ambiciosas promesas. China propuso construir una línea ferroviaria de alta velocidad de más de 400 kilómetros desde Ciudad de Panamá, la capital, hacia la frontera occidental con Costa Rica. El país ofreció ayuda para construir una nueva línea de metro en Ciudad de Panamá. Un consorcio de empresas chinas, dirigido por el conglomerado Landbridge, empezó a desarrollar un puerto de contenedores que prometía ser el más moderno de Panamá.
Una empresa estatal china obtuvo también un contrato de US$1 mil 400 millones para construir un cuarto puente sobre el canal de Panamá. Finalmente, los dos países dijeron que negociarían un acuerdo de libre comercio.
Pekín dejó claro que quería consolidar su apoyo en Ciudad de Panamá. A principios de 2018, un funcionario chino de visita dijo al entonces presidente Juan Carlos Varela que “el establecimiento de relaciones diplomáticas con Panamá fue el logro diplomático más importante para China durante 2017”, según un comunicado de prensa del gobierno panameño. Ese mismo año, Xi se convirtió en el primer dirigente chino en visitar el país.
China también intensificó sus esfuerzos de poder suave, abriendo un Instituto Confucio para promover la cultura y la lengua chinas, y donando suministros sanitarios durante la pandemia de covid.
Contratiempos
Pero a medida que crecía la influencia de China, también lo hacía la desconfianza entre los panameños, así como la presión de Estados Unidos para que Panamá se distanciara de Pekín. Después de que Varela dejara el cargo, su sucesor, Laurentino Cortizo, suspendió el proyecto ferroviario propuesto. Las negociaciones comerciales se estancaron.
El gobierno panameño revocó los derechos de Landbridge sobre el proyecto del puerto de contenedores en 2021, después de que una auditoría descubriera que la empresa había incumplido las condiciones de su contrato, invirtiendo menos dinero y empleando menos mano de obra local de lo prometido.
Aun así, China también ha cosechado algunos éxitos. El nuevo presidente panameño, José Raúl Mulino, ha reavivado la idea del ferrocarril, y empresas y diplomáticos chinos han dejado claro que quieren participar. Se ha reanudado la construcción del cuarto puente sobre el Canal de Panamá, tras una pausa.
En 2021, la empresa hongkonesa CK Hutchinson obtuvo una prórroga de 25 años de su control sobre dos puertos situados en las entradas del canal.
CK Hutchison es un conglomerado que cotiza en bolsa y cuyo mayor propietario es una familia de multimillonarios de Hong Kong. No es una empresa estatal china. Pero Pekín ha reforzado su control sobre Hong Kong en los últimos años, y tiene el poder para obligar a empresas privadas a cumplir sus exigencias en nombre de la seguridad nacional.
Panamá ha sido objeto de especial atención por parte de China, debido al canal y a sus anteriores vínculos con Taiwán, pero China también ha estado trabajando para ampliar su influencia en Latinoamérica de forma más general. Se ha posicionado como una alternativa a Estados Unidos en el liderazgo mundial, presentándose como otro país en desarrollo más atento a las necesidades de naciones como él.
Pekín también ha realizado grandes inversiones en Perú, donde en noviembre inauguró un nuevo puerto financiado por China en una ciudad a 64 kilómetros al norte de Lima. China es el primer socio comercial de Sudamérica y el segundo, después de Estados Unidos, de toda Latinoamérica.
De cara al futuro
En respuesta a las acusaciones del presidente electo Donald Trump, los funcionarios chinos han negado tener interés alguno en vulnerar la soberanía de Panamá o doblegarla a sus propios intereses frente a Washington. Han dicho que China siempre respetará el canal como vía navegable internacional permanentemente neutral.
Los académicos chinos han denunciado las preocupaciones estadounidenses sobre la creciente presencia de Pekín en Latinoamérica como campañas de difamación.
Zhou Bo, coronel retirado del Ejército Popular de Liberación de China, quien ahora es investigador principal del Centro de Seguridad y Estrategia Internacional de la Universidad Tsinghua de Pekín, dijo que las recientes declaraciones de Trump sobre una presencia militar china en Panamá eran tan absurdas que “no merecen una respuesta específica” por parte de Pekín.
“China tiene muchas inversiones en todo el mundo. No se limitan a una región o a si se trata supuestamente del ‘patio trasero de Estados Unidos’”, dijo.
CONTENIDO PARA SUSCRIPTORES
Cui Shoujun, director del Centro de Investigación de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Renmin de Pekín, expresó su confianza en que las relaciones de China con Panamá sigan creciendo, a pesar de los esfuerzos estadounidenses por obstaculizarlas.
Trump podría incluso acercar Panamá a Pekín, añadió. “Tienes un presidente estadounidense extremadamente dominante y un socio chino pragmático”, dijo. Ante esa disyuntiva, añadió, “la respuesta es evidente”.