El presidente francés, Francois Hollande, dijo este martes que Putin aplazó su visita, prevista para la semana entrante, después de que el mandatario galo le dijo que no asistiría a la inauguración de la nueva iglesia ortodoxa rusa y que solo le interesaba hablar sobre Siria.
Durante el fin de semana, Rusia vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU propuesta por Francia y España para poner fin a las hostilidades en el país desgarrado y culpó a París por negarse a discutir una versión negociada.
El lunes último, el canciller francés Jean-Marc Ayrault pidió a la Corte Penal Internacional que investigue posibles crímenes de guerra rusos en Siria.
“Francia tiene un desacuerdo importante con Rusia sobre Siria”, dijo Hollande. “Y el veto ruso de la resolución francesa en el Consejo de Seguridad de la ONU ha impedido el cese de los bombardeos, así como la proclama de un alto el fuego”. Con todo, opinó, el diálogo con Rusia es esencial para detener la masacre.
“Las víctimas principales son los civiles que viven y mueren bajo las bombas”, dijo Hollande. “Es por eso que considero que es necesario un diálogo con Rusia, pero debe ser firme y abierto. En caso contrario… es una burla” .
El viaje de Putin a París, previsto para el martes próximo, incluía la inauguración de un centro cultural ruso y una exposición, pero la parte francesa alteró el programa, dijo el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov.
“Lamentablemente, esos eventos desaparecieron del programa”, dijo Peskov y añadió que correspondía a los franceses explicar el motivo. “El presidente decidió cancelar la visita” .
Peskov dijo que Putin podría visitar Francia en una fecha posterior que le resultara “cómoda” a Hollande. Negó que la cancelación de la visita reflejara un aislamiento internacional creciente de Moscú debido a sus acciones en Siria, donde sus aviones apoyan la ofensiva del ejército sirio en Alepo.
Violentos bombardeos rusos
Al menos ocho civiles murieron este martes en los bombardeos rusos “más violentos” desde hace días contra la parte rebelde de la ciudad siria de Alepo (norte), afirmó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
“Se trata de los ataques aéreos rusos más violentos desde que el régimen anunció (el 5 de octubre) que reduciría los bombardeos en la parte oriental de Alepo”, precisó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
Los barrios rebeldes de Bustan al Qasr y Ferdus fueron particularmente afectados por estos ataques, según la fuente.
El corresponsal de la AFP en la parte rebelde de la segunda ciudad de Siria -y excapital económica- vio en Bustan al Qasr un edificio por completo derrumbado, con cadáveres entre los escombros, algunos de los mismos destrozados.
También vio a algunos Cascos blancos -socorristas voluntarios de Defensa civil local en la zona rebelde- removiendo los cascotes con sus manos. Otros transportaban los cuerpos sin vida de dos niños, envueltos en mortajas blancas.
Desde el comienzo, el 22 de setiembre de una ofensiva de envergadura del ejército en Alepo, las fuerzas progubernamentales -con el apoyo aéreo de su aliado ruso- avanzan intentando retomar los barrios del este de la urbe, bajo control de los rebeldes desde el 2012, los que están sitiados desde hace más de un mes.
Protestas y advertencias
El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, advirtió este martes a Rusia de que se arriesga a convertirse en una “nación paria” -aislada e ignorada- por su papel en el conflicto sirio y el asedio de Alepo.
En su primera declaración en la Cámara de los Comunes desde que asumió el cargo en julio, Johnson dijo al presidente ruso, Vladimir Putin, que, si su ambición es hacer grande a su país, en la práctica se arriesga “al desprecio internacional”.
El jefe del Foreign Office subrayó la posición gubernamental en un debate de emergencia sobre la situación de la ciudad de Alepo, en el que durante varias horas intervienen diputados de todos los partidos.
Johnson dijo temer que “se seque el pozo de la indignación” por las atrocidades cometidas en Siria y pidió “manifestaciones delante de la embajada rusa” en Londres para condenar las acciones de Rusia, que apoya al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.