Internacional

Provocaciones de Trump son una estrategia dicen analistas

El nuevo escándalo provocado por el aspirante presidencial Donald Trump y su sugerencia de pisotear protecciones constitucionales es un paso calculado de su estrategia de campaña, al avivar el miedo a los extremistas islámicos y los refugiados sirios, apuntan analistas.

Donald Trump, precandidato republicano. (Foto Prensa Libre: AP).

Donald Trump, precandidato republicano. (Foto Prensa Libre: AP).

El polémico millonario marcó un momento decisivo en la campaña presidencial al defender el lunes un “cierre total y completo” de las fronteras de Estados Unidos al ingreso de musulmanes, una semana después de una matanza en California protagonizada por una pareja musulmana.

La propuesta de Trump fue recibida con aplausos y vítores durante un acto de campaña en Carolina del Sur, ante un público formado mayoritariamente por personas que se oponen a los planes del presidente Barack Obama de recibir refugiados sirios o de modificar la legislación migratoria.

“Estamos en una guerra, esto tiene que entrar en su cabeza”, le dijo Trump a un periodista de CNN, para añadir que el país precisa “de un endurecimiento”  o de lo contrario “vamos a terminar como otros lugares y como resultado no tendremos más un país”.

Lógica estratégica

Las declaraciones e ideas de Trump generaron una oleada de repudio prácticamente global, e internamente se convirtió el martes en el asunto excluyente de prácticamente todos los medios de comunicación.

Sin embargo, analistas ven una lógica en las iniciativas de Trump, poniéndolas en el contexto de las primarias Republicanas en Iowa el 1 de febrero, y en New Hampshire ocho días más tarde.

“Estratégicamente, lo que está haciendo tiene sentido”, dijo Jennifer Lawless, profesora de ciencia política en la American University.


Para la especialista, difícilmente Trump conseguiría la nominación por el partido Republicano “apenas apoyado en sus ideas sobre inmigración”, un asunto que había galvanizado el voto más conservador, temeroso de que inmigrantes indocumentados tomen puestos de trabajo.

“Pero si uno conecta la inmigración con el terrorismo, con la política externa y la seguridad nacional, uno tiene la posibilidad de lanzar una red mucho más amplia”, añadió.

La pregunta que cabe hacerse, dijo Lawless, es si Trump no ha sobrepasado los límites con su retórica.

Los comentarios de Trump han sido de tal naturaleza que este martes el diario Philadelphia Daily News lo comparó a Adolf Hitler.

“El nuevo furor”, estampó el diario en su portada, con un juego de palabras con “Fuhrer”.

La idea de cerrar el país a musulmanes puede tener réditos en el corto plazo, en pero en largo plazo el techo electoral de Trump sigue siendo bajo.

“No logro imaginar a nadie viendo esto y pensar: Oh, esta es una idea fantástica”, dijo David Siegel, profesor de ciencia política en la Duke University.


Sin embargo, mantiene a Trump en los medios de comunicación y por delante de sus adversarios, un factor crucial para un candidato que se apoya en el miedo entre los electores.

“En general, las personas evitan riesgos; el terrorismo parece ser arriesgado y atemorizante, y no hay una forma clara que resolver el problema”, comentó Siegel.

Por eso, “cuando alguien viene y ofrece este tipo de soluciones simples, aún si en realidad no resuelve nada, se presenta como una salida al miedo”, añadió.

Estados Unidos ya tiene antecedentes en vetar el ingreso de grupos étnicos.

En el ápice del sentimiento anti chino, el Congreso aprobó la Ley de Exclusión de Chinos, en 1882, y la legislación al inicio del siglo XX vetaba japoneses, indios y personas del sudeste asiático de ingresar al país.

Ignorar la Constitución

Pero el empeño de Trump en bloquear personas basado en sus creencias religiosas no deberá encontrar respaldo en la Constitución, que veta explícitamente la discriminación religiosa.

Para el profesor Robert Boatright, de la Clark University, esto no parece ser un problema para los seguidores de Trump, ya que están dispuestos a ignorar lo que dice la Contitución.

“Los seguidores de Trump están más atraídos con su actitud, con el sentimiento de que él puede hacer cosas, que con considerar que las cosas que propone son legales o prácticas”, dijo Boatright.


Christopher Arterton, profesor de la George Washington University, comentó que Trump atrae a electores que están aterrorizados con la idea de que Estados Unidos se convierta en un país de minorías.

“Hay un sentimiento de genuina preocupación, de pérdida de identidad cultural”, señaló.

El conservador Pat Buchanan había atraído atenciones en las décadas de 1990 y el 2000, cuando se lanzó candidato presidencial defendiendo un fin a la inmigración.

Este martes, Trump ignoró olímpicamente las críticas a sus declaraciones.

En una entrevista a el canal CNN, un periodista le recordó que Francia sufrió el mes pasado un ataque que dejó 130 inocentes muertos y no pensaba cerrar el país a los musulmanes ni contener a los refugiados.

“Bueno, tal vez deba hacerlo”, comentó el candidato presidencial.

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