El diputado Jovair Arantes informará de su parecer el miércoles por la tarde ante la comisión de 65 parlamentarios que analiza el impeachment, y que lo votará el 11 de abril. Según medios de prensa, será favorable a la destitución de la mandataria.
Por su parte, en un nuevo frente de esta crisis sin fin, un juez de la corte suprema de Brasil ordenó instalar una comisión de impeachment para el vicepresidente Michel Temer, similar a la que podría costarle el cargo a Rousseff.
Temer, junto a su partido, el centrista PMDB, salió de la coalición de gobierno y se unió a la cruzada por la destitución de la mandataria, que le permitiría acceder al poder hasta el final del mandato en el 2018.
Rousseff viene reconfigurando su gobierno con la ayuda de su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva, que aún espera por una decisión de la justicia sobre su nombramiento como jefe de gabinete, bloqueado bajo sospecha de que se trate de una forma de huir de una investigación por corrupción.
La mandataria ofrece cargos a otros partidos a cambio de los votos que impidan la aprobación del impeachment en la cámara.
Pero, con cautela, dijo que “no pretende realizar ninguna reestructuración ministerial antes de cualquier proceso de votación en la Cámara” . “No tocaremos nada ahora” , aseguró.
Esa decisión se debería al “miedo a las traiciones” en el momento en que cada diputado se pronuncie, hacia mediados de mes, sobre la conveniencia de abrir un juicio político a la mandataria.
Al plenario
El dictamen no vinculante que se apruebe el 11 de abril por la comisión del impeachment será publicado al día siguiente y 48 horas después (a partir del viernes 15) estaría en condiciones de ser votado por el pleno de la Cámara de 513 diputados.
Allí, debería obtener el respaldo de 342 legisladores (dos tercios de los escaños) para avanzar al Senado. De lo contrario, el caso será archivado.
Los cálculos y las cábalas se multiplican y cualquier conversación con un asesor parlamentario, de cualquier partido que sea, termina estos días con la calculadora en la pantalla del teléfono.
Rousseff, que ha insistido en que este proceso representa un “golpe de Estado” institucional, recibió un espaldarazo del secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Si no existe “ninguna acusación, ninguna mancha que poner en términos de corrupción sobre la presidenta Dilma Rousseff, entonces no hay ningún fundamento para avanzar en un proceso de destitución” , dijo Almagro en Washington.
¿Temer a juicio?
El presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, segundo en la línea de sucesión y en la mira de la justicia por corrupción, dijo el lunes que había rechazado siete nuevos pedidos de impeachment contra Rousseff y dos contra Temer.
Pero el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) , Marco Aurélio Mello, emitió el martes una medida cautelar que ordenaba instalar una comisión para estudiar el pedido de impeachement contra el vicepresidente, asegurando que Cunha “no respetó la configuración legal” del procedimiento.
La decisión es “absurda” , afirmó el presidente de la cámara, que apelará la medida. “Cumplir la decisión significaría que los 39 pedidos de impeachment de la presidenta, que fueron rechazados, tendrían que ir a comisión también. Los ocho pendientes, que aún no fueron decididos, tendrían que tener (comisiones) instaladas también” , dijo citado por medios de prensa.
Temer sería sospechoso de haber incurrido en las mismas irregularidades que le imputan a Rousseff: haber autorizado créditos incompatibles con las metas presupuestarias, sin la autorización del Congreso, para manipular las cuentas públicas.
Cunha, sin embargo, consideró que Temer los había aprobado antes de que se revisaran las metas, en tanto que Rousseff lo hizo después, un argumento que no convenció al magistrado del STF.
¿Nuevas elecciones?
Un número creciente de voces propone, para salir de esta grave crisis que se desdobla en una profunda recesión económica, que se convoquen nuevas elecciones, algo que según la Constitución solo podría ocurrir si tanto Rousseff como Temer pierden sus mandatos.
La justicia electoral estudia una denuncia de que la campaña electoral de Rousseff-Temer de 2014 recibió dinero procedente del megafraude de Petrobras, lo que podría anular la elección de la fórmula.
La exministra de Medio Ambiente Marina Silva, que llegó tercera en la elección presidencial de 2014, pidió celeridad en este otro proceso.
“Si se comprueba que el dinero de la corrupción alteró la voluntad soberana de la sociedad brasileña en las elecciones, la salida, el camino, es una nueva elección” , dijo Silva, que lidera las intenciones de voto en las encuestas, en una rueda de prensa en Brasilia.