La única cifra cercana a esta es la del 2015, cuando entre enero y junio se registraron dos mil 874 homicidios; el dato del 2016 es un 5.8% superior.
Le siguen el 2010, con dos mil 176 asesinatos, el 2009, con dos mil 161, el 2011, con dos mil 119 y el 2006, con mil 885 muertes violentas.
Por otra parte, el promedio diario de homicidios en el primer semestre del 2016, a falta de un día para terminar junio, se situó en 16.7, mientras que en el mismo lapso del 2015 fue de 15.87, en el 2010 fue de 12, en el 2009 de 11.93, en el 2011 de 11.7 y en el 2006 de 10.41.
No obstante, el titular de Seguridad de El Salvador aseguró, durante la presentación de un informe de labores ante la Asamblea Legislativa, que “la tendencia (de los homicidios) ha ido mejorando de forma gradual, pero sostenida” y que “estamos, hasta hoy, logrando el resultado esperado”.
Primer semestre del 2016: tres mil 23 muertes violentas.
Primer semestre del 2015: dos mil 874 homicidios.
Primer semestre del 2010: dos mil 176 asesinatos.
Primer semestre del 2009: dos mil 161 crímenes.
Las declaraciones de Landaverde fueron en referencia a las “medidas extraordinarias” de seguridad implementadas por el Gobierno contra las pandillas para revertir el crecimiento de los asesinatos.
Estas incluyen el recrudecimiento del régimen en 6 prisiones que albergan a pandilleros, el despliegue de 800 reservistas del Ejército en labores de vigilancia y de un comando elite de mil agentes para desarticular a las columnas armadas de “mareros” en la zona rural.
Empero, la valoración oficial surge de la comparación de cada mes del 2016 con el mes anterior, y no con los datos del 2015, año considerado el más violento de la historia reciente del país centroamericano.
Las autoridades salvadoreñas aseguran estas cifras de homicidios se deben a las muertes generadas por disputas entre las pandillas por territorios para el narcotráfico al menudeo y el cobro de extorsiones, y las bajas que la Policía y el Ejército les causan en los constantes enfrentamiento.