El gobierno ecuatoriano tenía listas las instalaciones y el operativo de seguridad para que la mesa de negociaciones se instalara esta jornada en la capital ecuatoriana.
En declaraciones en el palacio de gobierno en Bogotá, Santos dijo que “quiero anunciarle al país que he dado instrucciones al equipo negociador con el ELN de que suspenda su viaje a la ciudad de Quito”.
Preció que la instalación pública de la mesa de negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, “queda aplazada hasta tanto no se libere sano y salvo a Odín Sánchez”, rehén de la guerrilla desde hace seis meses.
Reiteró “toda la voluntad del gobierno nacional para avanzar en este proceso”.
“Acabo de llamar al presidente (ecuatoriano) Rafael Correa a quien le he agradecido su comprensión y toda su colaboración para avanzar en estos diálogos y por supuesto lo he informado en detalle de esa decisión”, de suspender el viaje de los delegados, agregó.
El ELN en su cuenta de Twitter, dijo que “no compartimos la suspensión de la instalación de la mesa” mientras que el jefe de la delegación de ese grupo, Pablo Beltrán, aseveró que “estamos intentando reprogramar la instalación de la mesa en los próximos días”.
El exlegislador Sánchez se entregó en abril al Ejército de Liberación Nacional, ELN, en canje por su hermano Patrocinio Sánchez, exgobernador del departamento colombiano de Chocó quien permanecía secuestrado desde 2013 y había enfermado en cautiverio.
Antes de empezar las negociaciones el gobierno y el ELN acordaron la liberación de los retenidos en poder de ese grupo guerrillero para crear un ambiente favorable para el diálogo. Pero hasta ahora el ELN no ha cumplido su palabra.
El jefe del equipo de negociación del gobierno, Juan Camilo Restrepo, en un comunicado dijo que “este mediodía hemos sido informados por el Comité Internacional de la Cruz Roja que la operación de la liberación (de Sánchez) ha comenzado con el acompañamiento de la Iglesia católica”.
Destacó que el gobierno “espera que concluya satisfactoriamente, ojalá antes del 3 de noviembre de la fecha acordada para dar inicio a la primera ronda formal de negociaciones”
Las delegaciones del gobierno colombiano y la guerrilla habían fijado que al inicio de las conversaciones se aborden dos de los seis puntos consensuados en marzo: la participación de la sociedad en la construcción de la paz y medidas humanitarias.
El analista político Jaime Castro, exministro de gobierno y exalcalde de Bogotá, dijo en diálogo con The Associated Press que el proceso con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, “abre las puertas para una negociación con el ELN que hasta ahora era la organización rebelde más difícil, con la que más dificultades había existido para conversar”.
Sin embargo, advirtió que “el ELN va a pedir más (que las FARC). Ahí es donde pueden estar los tropiezos o las dificultades para los negociadores”.
Entre otros beneficios las FARC, la mayor guerrilla del país, acordaron con el gobierno colombiano el establecimiento de zonas de concentración para los guerrilleros, quienes además recibirán dinero para empezar una actividad productiva y una especie de salario por 24 meses.
El ex canciller de Ecuador Fánder Falconí expresó su optimismo sobre las negociaciones. “Lo primero que estaría en juego es ganar la confianza mutua para que el proceso de negociación pueda realizarse de la mejor manera”, dijo a AP.
Aseveró que las amenazas al diálogo no sólo provienen de las partes en negociación sino del “ala dura de la derecha colombiana y también de las alas beligerantes del ELN” a pesar de lo cual “se espera que prime una visión de largo plazo, en la que prime un bien superior como la paz”.
El ELN nació en 1965 como un proyecto político antiimperialista inspirado en la revolución cubana y tiene en sus filas a unos 1.500 combatientes, según cifras oficiales.