“Tenéis un (Mitsubishi) Pajero, sois unos hijos de …”, continuó el presidente, famoso por su incontinencia verbal, durante la ceremonia en el palacio presidencial de Malacañán frente a cientos de funcionarios de la PNP.
Rodrigo Duterte instó a los religiosos a respetar “la separación entre Iglesia y Estado” que marca la Constitución y también les acusó en su discurso de hoy de encubrir casos de abuso de menores y practicar “la homosexualidad” .
Se trata del segundo ataque de Duterte a la Iglesia en solo dos días, después de que el miércoles llamara “hipócritas” a sacerdotes y obispos y les invitara en tono sarcástico a probar el “shabú” , la metanfetamina más popular de ese país, por oponerse a su polémica campaña antinarcóticos.
La “guerra contra las drogas” , que ha causado más de seis mil 200 muertos desde junio a manos de policías y patrullas vecinales, se ha topado con una fuerte oposición de la Iglesia desde los púlpitos y a través de otras campañas como el despliegue de carteles de protesta en las parroquias.
Otro frente en la disputa abierta entre Gobierno e Iglesia es la política de planificación familiar de Duterte, que incluye, entre otras medidas, el reparto de preservativos en las escuelas para combatir el alarmante aumento de la propagación del VIH y los frecuentes embarazos no deseados.
Tanto los clérigos como los políticos católicos más conservadores se han opuesto ferozmente a esta estrategia al considerar que fomenta la promiscuidad.
Su ataque contra la Iglesia filipina llega un día después de que Duterte enviara una carta de agradecimiento al papa Francisco por su visita al país en enero del 2015.
La misiva del presidente, que tras aquella visita llamó “hijo de …” al pontífice por haber contribuido a alterar el tráfico durante su estancia, fue entregada ayer en Roma por un representante oficial del Gobierno de Manila.