Se trata de uno de los políticos más poderosos del país y el tercero en la línea de sucesión presidencial, por detrás del vicepresidente Joe Biden.
“Esta mañana me desperté, recé como siempre y decidí: Hoy es el día” , comentó en una conferencia de prensa convocada para hablar de su renuncia a la Presidencia de la Cámara y a su banca legislativa.
“Es mi opinión que una prolongada confusión en el liderazgo provocaría irreparables daños a la institución. Por ello, renunciaré a la presidencia y a mi banca del Congreso el 30 de octubre próximo” , había anunciado poco antes en su página web oficial.
En la Casa Blanca, durante una conferencia de prensa con el presidente chino, Xi Jinping, Obama elogió a Boehner como “un hombre bueno, un patriota” .
“Tenemos grandes diferencias y estamos en lados diferentes del espectro, pero siempre se comportó conmigo con cortesía y civilidad” , dijo Obama
En la opinión del presidente, “es una persona que comprendió que uno no puede tener 100% de lo que quiere todo el tiempo, que es necesario trabajar con las personas con quien uno no está de acuerdo” .
En el ámbito del Congreso estadounidense, sin embargo, los sectores más ultraconservadores del partido Republicano, pertenecientes a la rama del Tea Party, no escondían la alegría con el anuncio de Boehner.
En respuesta, el senador Harry Reid, líder del partido Demócrata en el Senado, alertó en una nota que los sectores republicanos más ultraconservadores “han tomado el control del partido” .
-Presiones de ultraconservadores-
Devoto católico, Boehner fue visto el jueves llorando copiosamente durante el discurso que el papa Francisco pronunció ante las dos cámaras del Congreso estadounidense, y en especial cuando acompañó al pontífice al balcón de su oficina para que saludara a la multitud aglomerada en los jardines.
Hijo de un propietario de bar en Ohio, Boehner dijo que “nunca pensé que llegaría al Congreso, y menos que sería presidente de la Cámara de Representantes” .
Pero sin embargo Boehner paga de esta forma los platos rotos por una rebelión que nunca logró controlar y que arrancó con el surgimiento del Tea Party en 2010.
El súbito crecimiento de esa tendencia ultraconservadora le permitió al partido republicano alcanzar la mayoría de la Cámara de Representantes pero al costo de elevar a las bancas del congreso a legisladores adeptos a una línea de intransigencia total con Obama y el partido Demócrata.
Esa lucha fraticida en el interior del partido Republicano ya había conducido al cierre parcial del estado federal en octubre de 2013 por falta de un presupuesto, impulsado por los miembros del Tea Party, que bloquearon con éxito la estrategia más flexible de los líderes del partido, incluyendo Boehner.
La salida de escena expone de forma cruda las profundas divisiones que persisten en el seno del partido y que se radicalizaron con la proximidad (el 1 de octubre) de una nueva discusión sobre el presupuesto federal.
En enero de este año Boehner fue reelecto al cargo de presidente de la Cámara de Representantes, pero por un muy estrecho margen de votos que dejó en evidencia las divisiones del partido Republicano, donde diversos dirigentes pedían abiertamente su renuncia.
Con su renuncia, el partido Republicano, que controla las dos cámaras del Congreso, deberá concentrarse en hallar un nombre de consenso en la Cámara de Representantes para sustituirle.
Boehner sirvió como legislador desde 1991, y ocupa la presidencia de la cámara baja del Congreso desde 2011.
– Profunda crisis interna –
Boehner paga de esta forma los platos rotos por una rebelión que nunca logró controlar y que arrancó con el surgimiento del Tea Party (el ala ultraconservadora del partido Republicano) en el 2010.
El súbito crecimiento de esa tendencia ultraconservadora le permitió al partido republicano alcanzar la mayoría de la Cámara de Representantes pero al costo de elevar a la bancas del congreso a legisladores adeptos a una línea de intransigencia total con el presidente Barack Obama y el partido Demócrata.
Esa lucha fraticida en el interior del partido Republicano ya había conducido al cierre parcial del estado federal en octubre del 2013 por falta de un presupuesto federal, cierre impulsado por los ultraconservadores del Tea Party que rechazaron y bloquearon la estrategia más flexible de los líderes del partido, incluyendo Boehner.
La salida de escena expone de forma cruda las profundas divisiones que persisten en el seno del partido y que se radicalizaron con la proximidad (el 1 de octubre) de una nueva discusión sobre el presupuesto federal.
En clara señal de la impopularidad de Boehner entre los conservadores, centenas de participantes de una conferencia de esa tendencia en Washington estallaron en una ovación al conocerse la noticia de su inminente renuncia.
Boehner sirvió como legislador desde 1991, y ocupa la presidencia de la cámara baja del Congreso desde 2011.