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Por qué Kamala Harris se enfrenta a una versión más rápida y fea de internet

Los ataques a Harris reflejan el constante enrarecimiento del debate político, un movimiento de vulgaridad explícita e intolerancia que sale de las sombras y se hace público.

Kamala Harris afronta una serie creciente de ataques racistas y campañas falsas por internet. (Foto Prensa Libre: AFP)

Kamala Harris afronta una serie creciente de ataques racistas y campañas falsas por internet. (Foto Prensa Libre: AFP)

Internet ya escupía ataques racistas y sexistas mucho antes de que la vicepresidenta Kamala Harris iniciara su campaña presidencial este mes, incluso durante la campaña de Barack Obama y Hillary Clinton. Sin embargo, desde las últimas elecciones presidenciales, se ha vuelto aún más virulento y más central para la política estadounidense.

En 2008, Obama se enfrentó a un ecosistema en el que Facebook tenía millones de usuarios, no miles de millones, y el iPhone apenas tenía un año de haber salido al mercado. En 2016, la campaña de Clinton vigilaba un puñado de plataformas de redes sociales, no decenas. En 2020, cuando Harris era la compañera de fórmula de Joe Biden, era mucho más difícil utilizar la inteligencia artificial para producir las representaciones pornográficas falsas y los videos engañosos en los que ahora se dice que aparece.

En solo una semana desde que Harris —negra, de ascendencia india y mujer— se convirtió en la presunta candidata presidencial demócrata, han aparecido falsas narrativas y teorías conspirativas sobre ella aquí y allá por todo el panorama digital.

Muchas cosas han cambiado de cara a las elecciones de 2024. Ahora, a esas afirmaciones les han metido el turbo, alimentadas por un tono cada vez más agresivo del discurso político respaldado por políticos de alto nivel, impulsado por la IA y otras nuevas tecnologías, y difundido a través de un paisaje en línea mucho más fragmentado y repleto de plataformas sin moderación.

“La esfera política ha sido sexista y racista durante mucho tiempo. Lo que ha cambiado es el ecosistema de medios en el que crece esa retórica problemática”, afirmó Meg Heckman, profesora adjunta de Periodismo de la Universidad Northeastern. “Es casi como si hubiera varios universos mediáticos paralelos, de modo que no todos operamos con un conjunto de hechos compartidos”, agregó.

Los ataques a Harris reflejan el constante enrarecimiento del debate político, un movimiento de vulgaridad explícita e intolerancia que sale de las sombras y se hace público. Los expertos temen que este cambio erosione la sociedad, pues podría disuadir a posibles candidatos de presentarse a las elecciones y distanciar a los electores del proceso democrático.

Usha Vance, la esposa indo-estadounidense de JD Vance, candidato republicano a la vicepresidencia, también ha sido blanco de ataques racistas en internet, como los de Nick Fuentes, un conocido supremacista blanco y antisemita al que Elon Musk, propietario de X, le permitió volver a la plataforma social hace poco. Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, que este año compitió sin éxito con el expresidente Donald Trump, también se ha enfrentado a un aluvión de ataques relacionados con su género y su herencia india.

Resulta difícil cuantificar el éxito de la virulencia virtual entre los votantes. Algunos electores, sobre todo los expuestos al lenguaje agresivo de Trump y sus partidarios, podrían ser “insensibles a este tipo de ataques porque se han normalizado”, afirmó Nina Jankowicz, directora ejecutiva de American Sunlight Project, una organización sin fines de lucro que estudia la desinformación, y quien también ha sido víctima de la furia en línea de la derecha.

“Será difícil para los líderes del Partido Republicano volver a meter al genio en la botella, por mucho que lo intenten”, afirmó.

Está por verse si los ataques tendrán algún efecto en la opinión de los electores sobre Harris o si aumentará la conciencia sobre dicho contenido y se podrá descartar.

En muchos sentidos, las declaraciones falsas sobre Harris se asemejan a las que enfrentaron sus predecesores, pero deformadas y amplificadas por la estructura actual de internet y con una dosis doble de toxicidad debido a la raza y el sexo de Harris. En la última semana, la vicepresidenta ha recibido ataques en línea con preguntas infundadas sobre su raza negra y su idoneidad para ser presidenta, dos ataques racistas que también se produjeron contra Obama.

Esas falsedades fueron acogidas en plataformas marginales de derecha como Truth Social y Rumble, que en los últimos años se han convertido en conductos muy influyentes hacia los foros dominantes, con una moderación y supervisión mínimas.

Los mensajes sexistas también afirman que Harris les debe su éxito a los hombres. Hillary Clinton fue objeto de una narrativa similar durante su larga carrera: se le acusó de haber aprovechado su matrimonio para ocupar puestos de alto nivel. Esta semana, estas ideas encontraron un apoyo entusiasta en Telegram y Gab, dos plataformas que aumentaron su popularidad en 2021, cuando Facebook tomó medidas enérgicas contra los contenidos extremistas y obligó a los partidarios de extrema derecha de Trump a buscar otros canales en internet.

También se atacó a Harris con declaraciones falsas de que es una mujer transgénero, una teoría de la conspiración que se ha esgrimido contra muchas mujeres destacadas en la política. Este tipo de falsedades han circulado sin freno en X durante gran parte de los 21 meses que Musk, un frecuente crítico de los derechos de los transexuales, ha sido propietario de la plataforma.

“Gran parte del tiempo de emisión se dedica a este tipo de discurso sexista y de odio”, comentó Dhanaraj Thakur, director de investigación de la organización sin fines de lucro Center for Democracy and Technology. Su grupo de activismo apartidista analizó más de 100.000 publicaciones de X sobre los candidatos al Congreso en 2020 y encontró que las mujeres de color tenían el doble de probabilidades que los candidatos blancos de ser el blanco de tergiversaciones y desinformación en línea y cuatro veces más probabilidades de sufrir amenazas violentas en línea.

Después de que Biden derrotó a Trump en 2020, los expertos en política observaron una clara tendencia violenta en el lenguaje de algunos miembros de la extrema derecha, que describieron como la popularización de la amenaza como herramienta de movilización.
Los ataques recientes contra Harris —incluidos llamamientos a ejecutarla a ella y a Biden por ser “enemigos de Estados Unidos”, según la institución Site Intelligence Group, que vigila el extremismo en Internet— mostraron ese tono extremo, en particular en algunos de los foros más pequeños que han cobrado fuerza en los últimos años (algunos líderes republicanos han instado a sus colegas a moderar su lenguaje. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dijo la semana pasada que las elecciones versarían sobre “políticas, no personalidades” y añadió que “la etnia y el sexo de Harris no tienen nada que ver con esto”).

“Tristemente, éstas son solo las primeras de muchas más amenazas que se producirán contra Harris”, declaró Rita Katz, directora del grupo y autora de “Saints and Soldiers”, un libro sobre los extremistas en internet.

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