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Por qué en las granjas estadounidenses podría estar comenzando una pandemia de gripe aviar

Mientras más circule el virus entre el ganado, mayores serán las probabilidades de que logre las mutaciones necesarias para causar una pandemia de influenza.

Una imagen de influenza aviar que creció en un cultivo celular obtenida con microscopio electrónico, con colores asignados. (Foto Prensa Libre: CDC/NIAID vía The New York Times)

Una imagen de influenza aviar que creció en un cultivo celular obtenida con microscopio electrónico, con colores asignados. (Foto Prensa Libre: CDC/NIAID vía The New York Times)

Hasta ahora, el virus no ha causado brotes en ganado de otros países, tal vez porque no trasladan a los animales de una granja a otra con la misma frecuencia que se hace en Estados Unidos.

Algunos datos genéticos sugieren que el brote observado en Estados Unidos se debió a un solo salto del virus de aves al ganado y que luego se propagó a otras regiones del país.

“En esa época, muchas aves silvestres tenían el virus, pero esa propagación parece haber disminuido, así que es posible que no ocurra otro salto”, explicó Tom Peacock, experto en virus del Instituto Pirbright en el Reino Unido.

Los científicos afirman que existe una pequeña probabilidad de que el virus infecte a las manadas de ganado susceptibles y luego desaparezca, al menos por un tiempo. Pero, si es que eso ocurre, puede tardar meses o incluso años.

Es más probable que el virus se vuelva enzoótico (endémico o propio de los animales), de manera muy parecida a lo que ha ocurrido con otros virus en los cerdos. Las granjas porcinas nunca se libran de un virus nuevo porque constantemente se introducen lechones susceptibles a la población.

Es posible que lo mismo pase con el ganado lechero en Estados Unidos, de acuerdo con Gray: “Lo que observamos en las granjas porcinas es algo que esperamos no ver nunca en las granjas lecheras, donde tienes múltiples cepas de influenza que pueden llegar a mezclarse y generar nuevos virus”.

El brote en el ganado ya está poniendo en peligro a las aves de corral, y también a las personas.

El virus detectado en granjas avícolas de Colorado parece haber provenido de ganado lechero, y ocasionó el sacrificio de 1,8 millones de aves. Nueve trabajadores que participaron en la matanza se infectaron.

“Si esto continúa al mismo nivel, la industria de los lácteos acabará con la industria avícola”, advirtió Peacock.

“Se les ha dado todo tipo de advertencias sobre la posibilidad de que este virus se convierta en una pandemia”, añadió, haciendo referencia a los funcionarios federales.

Varios científicos han advertido que, si no se da un giro marcado en las políticas estatales y federales, es probable que el virus de gripe aviar que ha atormentado a las granjas lecheras estadounidenses se afiance entre su ganado.

Eso significa que la gripe aviar pronto podría representar un riesgo permanente para otros animales y para los seres humanos.

Hasta ahora, este virus, llamado H5N1, no causa infecciones fácilmente en los seres humanos, por lo que el riesgo para el público se mantiene bajo. Pero mientras más circule el virus entre el ganado, mayores serán las probabilidades de que logre las mutaciones necesarias para causar una pandemia de influenza.

“Creo que se está cerrando la ventana de oportunidad para contener el brote”, comentó Krutika Kuppalli, doctora especializada en enfermedades infecciosas que trabajaba para la Organización Mundial de la Salud hasta este abril.

“De inmediato culpamos a China por lo que pasó con SARS-CoV-2, pero nuestras acciones no son mejores en este momento”, añadió. “Así se presentan las pandemias”.

A medio año del brote inicial, H5N1 no muestra ninguna señal de perder terreno entre el ganado lechero estadounidense ni entre los trabajadores que lo manejan. En semanas recientes, el virus se propagó a las aves y los trabajadores.

Hasta el 21 de agosto, se habían reportado infecciones en 192 manadas de ganado en 13 estados y en 13 personas. Nueve de esas personas eran trabajadores de granjas avícolas cercanas a granjas lecheras en Colorado.

A principios de este mes, el estado reportó que también se habían diagnosticado infecciones con H5N1 en seis gatos, dos de los cuales vivían en interiores y no estuvieron expuestos directamente al virus.

Sin embargo, todavía no se responden algunas preguntas fundamentales sobre el brote.

Los investigadores desconocen cuántas granjas se están investigando para ver si se detecta el virus, cuántas vacas están infectadas en cada estado, cómo y con qué frecuencia salta el virus a las personas y otros animales, cómo es el curso de la enfermedad en los seres humanos y los animales y si es posible que las vacas se infecten más de una vez.

“Necesitamos conocer el área de circulación en el ganado lechero de Estados Unidos, un dato que no tenemos”, afirmó Maria van Kerkhove, directora en funciones del departamento de Prevención y Preparación ante Epidemias y Pandemias de la OMS.

Van Kerkhove elogió los incentivos financieros del Departamento de Agricultura para alentar a los granjeros a cooperar con las investigaciones, pero señaló que “debe hacerse muchísimo más”.

Quizá la respuesta del gobierno al brote se haya complicado por la política de un año electoral y porque el encargado de supervisar estas acciones es un departamento federal que no solo debe regular sino también promover a la industria agrícola.

Los funcionarios federales les han restado importancia a los riesgos para los animales y han dicho que el virus solo causa una enfermedad moderada en las vacas. Sin embargo, un estudio publicado a finales de julio demuestra que el porcentaje de vacas muertas en las granjas afectadas fue del doble de la tasa normal y que algunas de las vacas infectadas fueron asintomáticas.

En teoría, ningún aspecto de este brote dificulta su contención, señalaron Van Kerkhove y otros expertos. A diferencia de otros virus de influenza, esta versión del H5N1 no parece propagarse con eficacia en el ganado a través de las vías respiratorias.

Más bien, en la mayoría de los casos, las transmisiones parecen haber ocurrido a través de leche contaminada o partículas virales en las máquinas ordeñadoras, vehículos u otros objetos, como la ropa de los trabajadores.

“En realidad, son buenas noticias”, opinó Juergen Richt, veterinario y experto en virus de la Universidad Estatal de Kansas que dirigió el estudio.

“Si queremos controlar o erradicar esta enfermedad, solo necesitamos concentrarnos en la transmisión mecánica o la antropogénica”, aseveró.

Algunos funcionarios federales han comentado que hallazgos como este afianzan la convicción sobre su capacidad de detener el virus.

“Me parece que la respuesta es adecuada”, declaró ante periodistas Eric Deeble, funcionario del Departamento de Agricultura el 13 de agosto.

También indicó que el brote es contenible porque no existe ningún reservorio natural del virus, es decir, ninguna especie en la que habite y se multiplique naturalmente.

Pero algunos expertos no afiliados con el gobierno no están de acuerdo y sostienen que las medidas actuales no son suficientes para extinguir el brote. El virus está arraigado en aves silvestres como las aves acuáticas, al igual que en un amplio rango de mamíferos, entre los que se cuentan los ratones domésticos, los gatos y los mapaches.

“Ser positivo es maravilloso, pero no basta para conseguir los resultados que necesitas”, explicó Michael Osterholm, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Minnesota. “Todavía nos encontramos por completo en un estado de confusión”.

Lo mejor sería que las granjas hicieran un “análisis a granel” de la leche mezclada de muchas vacas y restringieran el movimiento del ganado y los trabajadores hasta que se logre erradicar al virus.

Por desgracia, las normas federales solo exigen que se realicen análisis cuando se traslada el ganado de un estado a otro. Además, muchos estados solo exigen pruebas si las vacas muestran síntomas visibles de enfermedad.

Hasta ahora, Colorado es el único estado afectado que exige el análisis a granel de la leche, decisión que ayudó a identificar 10 manadas infectadas más en dos semanas de aplicación de la orden, que entró en vigor el 22 de julio.

El Departamento de Agricultura también ha intentado fomentar las pruebas mediante un programa voluntario. De alrededor de 24.000 granjas que venden leche en el país, solo 30 están participando.

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Gracias al programa se identificaron manadas con vacas infectadas, lo que “indica que el sistema funciona conforme a su diseño”, declaró un vocero del departamento en un correo electrónico.

Dado el riesgo que representa para su negocio, pocos propietarios de granjas han aceptado la oferta de recibir compensaciones a cambio de implementar pruebas o medidas de bioseguridad. Muchos tienen trabajadores inmigrantes que temen ser deportados.

“En este momento, esa gente se siente muy vulnerable, por lo que muy muy pocos están dispuestos a cooperar”, afirmó Gregory Gray, investigador de salud pública especializado en enfermedades infecciosas en el centro médico de la Universidad de Texas campus Galveston. “Los que decidieron cooperar, en algunos casos, me parece, se arrepienten de haberlo hecho”.

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