“Es una solución 'low-tech' para un problema 'high-tech'”, afirmó a la AFP Dennis Janus, un portavoz policial, antes de una demostración sobre el terreno en una academia de policía en el sur del país.
Los animales serán utilizados en situaciones en las cuales los drones planteen un peligro para la población, durante eventos especiales, como una visita de Estado, o si éstos vuelan muy cerca de un aeropuerto, por ejemplo.
La serie de pruebas, cuyo objetivo era el de determinar la mejor manera de interceptar a los drones, comenzó en 2015 y se reveló concluyente.
“Ninguna de las águilas resultó herida, pero ninguno de los drones sobrevivió”, asegura con una leve sonrisa Janus, quien rechaza las acusaciones de maltrato de animales expresadas por algunos expertos a comienzos de este año.
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“Las águilas ven a los drones como presas y los interceptan en vuelo para después posarse donde se sienten seguras, con los drones entre sus garras”, agregó.
“Todavía no hemos encontrado otra solución para interceptar drones, pero continuamos explorando otras posibilidades más técnicas”, subraya el portavoz, señalando en particular la posible “piratería” de un aparato para tomar su control o la utilización de drones que lancen redes.
Los pájaros utilizados hasta ahora provienen de una empresa especializada del oeste del país, Guard From Above.
Las fuerzas del orden inclusive han criado sus propias águilas, que tienen actualmente cinco meses. “Vamos a entrenar a un centenar de policías y podremos comenzar a utilizar nuestros propios pájaros el año próximo”, explicaron.
Como al igual que en otras partes del mundo, el uso de drones tiene un crecimiento exponencial en Holanda. Desde el anuncio de estas pruebas, la policía neerlandesa ha estado en contacto con sus pares de varios países interesados en esta solución, como son el caso de Francia y Alemania.