El Gobierno de Canadá se comprometió con reservar cierta cantidad de vacunas contra el covid-19, de los lotes que han recibido, para las poblaciones indígenas que se encuentran en zonas remotas del país. Entre estas se encuentra Beaver Creek, una comunidad indígena de aproximadamente cien personas, situada a mil 800 kilómetros al noreste de Vancouver, en el territorio de Yukón.
De acuerdo con El País, la pareja viajó de Vancouver a Whitehorse, capital de Yukón, el 20 de enero. Dos días después pagaron los servicios de una aeronave para aterrizar en Beaver Creek, en donde el 18 de ese mismo mes una clínica móvil había comenzado a administrar la vacuna, desarrollada por Moderna.
Rodney y Ekaterina Baker, para ser vacunados, dijo al personal de la clínica que trabajaban en el motel de la localidad. Ambos presentaron credenciales de seguro médico de las provincias de Ontario y Columbia Británica, asegurando que residían hace poco en Yukón.
El medio Yukon News relata que el gobierno indicó que las personas que viven y trabajan en el territorio no necesitan una identificación de Yukón para vacunarse, sino que serían aceptados si presentaban credenciales de seguro médico de otras jurisdicciones si los individuos son residentes del territorio. Por ello, aunque la pareja levantó sospechas, fueron vacunados.
Tras administrar la vacuna, el personal de la clínica se sorprendió que la pareja de esposos había abandonado la comunidad en un avión que habían alquilado. Así que llamaron al motel y confirmaron que Rodney y Ekaterina Baker no eran empleados del lugar, por lo que informaron a las autoridades.
Cuando ambos se disponían a tomar un vuelo para regresar a Vancouver, la pareja fue multada con 1,150 dólares canadienses por violar dos disposiciones: la primera, por no cumplir con la cuarentena de 14 días obligatorios al llegar al territorio, y segundo, por no cumplir la Ley de Medidas de Emergencia Civil. Estas acciones podrían conllevar penas de seis meses de cárcel.
Al conocerse el caso en la prensa local, Rodney Baker anunció que dimitió del cargo como consejero delegado de Great Canadian Gaming Corporation, compañía que posee hipódromos y casinos en diversos puntos de Canadá. Sin embargo, el periódico The Globe and Mail que Baker podría recibir hasta 4.3 millones de dólares por abandonar la compañía.