Mohamad Anwar, de 15 años de edad, levantó la mano, aparentemente porque oyó mal la pregunta.
La multitud lo acusó de blasfemia, tras lo cual el adolescente regresó a su casa y se cortó la mano que había levantado, la puso en un plato y la presentó al clérigo, declaró el jefe de policía.
La multitud lo acusó de blasfemia, tras lo cual el adolescente regresó a su casa y se cortó la mano que había levantado, la puso en un plato y la presentó al clérigo, declaró el jefe de policía.
Los hechos tuvieron lugar en un pueblo del distrito de Hujra Shah Muqeem, a unos 125 kilómetros al sur de Lahore, la capital de la provincia paquistaní de Punyab, hace unos cuatro días, según el policía.
Según Ahmed, un video muestra a habitantes del pueblo felicitando al adolescente y a sus padres, diciendo que estaban orgullosos.
No hubo ninguna denuncia, afirmó el policía, por lo cual no se realizará ninguna investigación.
La blasfemia es un tema muy sensible en Pakistán, donde nunca se ha ejecutado a nadie por este cargo, pero muchos condenados y acusados de insultar al Islam han sufrido muertes violentas en las cárceles.