La delegación iraní compuesta por 12 personas, entre ellas el ministro de exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, llegó al palacio pontificio pasadas las 11:00 horas (10:00 GMT) y la reunión en privado del papa con Rohani comenzó en la Biblioteca hacia las 11:13 horas.
La conversación se prolongó durante 40 minutos y se desarrolló con la ayuda de dos traductores, uno que traducía al papa del farsi al italiano, y una funcionaria de la embajada iraní – la única mujer de la delegación – que se encargaba de la traducción del italiano para el presidente de Irán.
Tras el coloquio se procedió al saludo de la delegación al papa y posteriormente a la tradicional entrega de regalos que, por parte del mandatario iraní, fueron una alfombra persa hecha a mano y un libro de grandes dimensiones con miniaturas en su interior.
Por su parte, Francisco, como suele entregar a todos los jefes de Estado, obsequió a Rohani con el medallón de San Martín de Tours y le explicó que es el ejemplo del dono a los pobres y de la “hermandad gratuita” , le dijo.
También le regaló su encíclica “Laudato Si” sobre la defensa del medioambiente y se excusó por no tener una versión en farsi, por lo que le entregó el volumen en italiano y en árabe.
Al despedirse, Francisco agradeció la visita al presidente iraní y le dijo: “Espero por la paz” , en una referencia probablemente al contenido de los temas que abordaron en la reunión.
La audiencia del Papa con Rohani estaba prevista en el marco de la gira europea que había organizado para el pasado noviembre y que aplazó tras los atentados de París.
El diálogo del papa con el islam y con el chísmo podría ser muy importante para la estabilidad internacional, ya que Rohani es a la vez jefe político y religioso.
Además de la audiencia con el Papa, Rohani presidió el martes un foro económico sobre las relaciones Italia-Irán al que asistió la crema y nata del mundo empresarial e industrial italiano.
Italia trata de recuperar el terreno perdido después del deshielo internacional que Irán consiguió con la entrada en vigencia el 16 de enero del acuerdo nuclear con las principales potencias.
Irán busca un papel de protagonista en Oriente Medio y se presenta como un aliado en los esfuerzos para derrotar el extremismo y el terrorismo en la región.
“Soluciones políticas adecuadas”
Francisco instó además a Rohani para que Irán a juegue “un papel importante” en Medio Oriente para “promover soluciones políticas adecuadas” que detengan “la propagación del terrorismo y el tráfico de armas” en la región.
La reunión marcó una nueva etapa de las relaciones internacionales de la República Islámica tras el acuerdo sobre el programa nuclear iraní alcanzado en julio.
Durante el encuentro, ambos resaltaron la “importancia del diálogo interreligioso”, así como la responsabilidad que tienen las comunidades religiosas “en la promoción de la reconciliación, de la tolerancia y la paz”, indica en una nota oficial el Vaticano.
Una alusión a la necesaria reconciliación entre sunitas y chiitas, las dos ramas del islam en conflicto, lo que afecta Oriente Medio.
La rivalidad histórica de Irán con Arabia y el actual conflicto en Siria no fueron mencionados explícitamente en el comunicado.
El mensaje de la Santa Sede a Teherán es el evitar la solución armada, rechazar toda intervención militar así como dejar de enviar armas y asesores militares y dar prioridad a la diplomacia para calmar a los grupos armados que Irán apoya.
Irán es, junto con Rusia, el principal apoyo del régimen del presidente sirio Bashar al Asad, al que aporta ayuda financiera y militar, incluido el envío de consejeros militares sobre el terreno.
Tapan estatuas por respeto
Por respeto a la cultura iraní y la fe del presidente Hassan Rohani, las autoridades en Roma taparon varias estatuas desnudas en los Museos Capitolinos, según muestran imágenes publicadas en numerosas páginas de Internet.
En esas imágenes se ve que las esculturas desaparecieron tras unos paneles que asemejaban armarios.
Rohani se reunió la noche del lunes con el primer ministro Matteo Renzi bajo la cúpula del Capitolio y posteriormente se presentó ante la prensa en el museo.
Por deferencia a la fe del mandatrio iraní, durante la cena tampoco se sirvió vino, según informan medios locales.