También animó a transmitir a los alumnos una nueva cultura basada en el encuentro entre generaciones y la responsabilidad personal y colectiva para afrontar retos globales como las crisis ambientales, sociales y económicas.
A su vez, les pidió que pongan las bases de un mundo más justo y fraterno, con la contribución de todas las disciplinas y con la creatividad de los niños y jóvenes.
“Pero si a escuela hacéis la guerra entre vosotros, si hacéis bullying con las chicas y chicos que tienen algún problema, esto es prepararse para la guerra, no para la paz”, advirtió Francisco, que les instó a no hacer nunca bullying.
El pontífice también lamentó que haya niños sin educación.
“Que van a trabajar, muchas veces explotados, y que buscan comida o cosas para vender entre los desechos“, dijo.
Por otro lado, Francisco reivindicó la pedagogía cristiana como un proyecto en el que la familia tiene un lugar central e insustituible.
En ese sentido, el Papa advirtió de una catástrofe educativa a nivel mundial.
Francisco aseguró que hasta 250 millones de niños están sin acceso a la educación, por tal motivo, dedicó sus oraciones al derecho a la instrucción de migrantes, refugiados y personas afectadas por las guerras.