Miles de indígenas vestidos con sus coloridos vestuarios acudieron al estadio con capacidad para 100.000 personas para escuchar la misa al pie de las majestuosas montañas de Chiapas (sureste).
En la misa un indígena tzotzil oró en su lengua -por momentos entre las lágrimas- y las lecturas se pronunciaron en idiomas autóctonos.
“Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban”, indicó Francisco que vestía la mitra y la casulla morada con bordados indígenas.
El Sumo Pontífice, que inició la misa pronunciando algunas palabras en una lengua indígena, alertó sobre una de las mayores crisis ambientales de la historia.
“El desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos y nos interpelan. Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia” , expresó Francisco en la homilía.
El Papa dijo que entre los pobres más abandonados y maltratados, “está nuestra oprimida y devastada tierra, que gime y sufre dolores de parto”, añadió.
- Click en el enlace para leer el texto completo de la Homilía del Papa con las comunidades indígenas:
Después de haber denunciado el narcotráfico y la corrupción durante los primeros días de su gira, el pontífice llegó a la pintoresca San Cristóbal de las Casas, en la tercera jornada de su visita al país, que se extenderá hasta el miércoles.
Crisis amabiental
En su mensaje, Jorge Mario Bergoglio alertó que el mundo no puede seguir ignorando la crisis ambiental que atraviesa, a la que calificó de la más grave de su historia.
“El desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos y nos interpelan. Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia”, expresó Francisco.
Destacó que “la creación” ha sabido levantar su voz para reclamar por “el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso” de los bienes de la Tierra.
“La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo” , agregó el pontífice.
En los primeros días de su visita a México, Francisco denunció el narcotráfico y la corrupción en mensajes dirigidos a la clase política y a los obispos.
“Llevamos varias horas caminando desde San Andrés Larráinzar. Traemos alegría de ver al papa, aunque sabemos que no por eso se resolverán las cosas” , dijo a la AFP Miguel López, mientras recorría el polvoriento camino con sus huaraches y su sombrero con cintas multicolor.
Envueltos en cobijas o en los pelajes tradicionales de sus etnias, grupos tzeltales, tzotziles y choles, muchos con niños en brazos, se animaban en su larga peregrinación con cantos, porras y rezos de rosario.
Unos 600 feligreses provienen del vecino Guatemala.
Tierra de migrantes
Chiapas, fronteriza con Guatemala, es la puerta por donde ingresa desde Centro y Suramérica un masivo flujo de migrantes que viajan clandestinamente para llegar a Estados Unidos y muchas veces son víctimas del crimen organizado.
Posterior a la celebración eucarística, el papa Francisco visitó la tumba de Samuel Ruiz, que durante cuatro décadas fue obispo de San Cristóbal de las Casas y férreo defensor de los derechos de los indígenas, denostado por la jerarquía eclesial y las altas esferas de la clase política mexicana.
- Vea abajo la GALERÍA de los enviados especiales de Prensa Libre a Chiapas.
El pontífice llegó a la Catedral de San Cristóbal, sede de una de las diócesis más antiguas de América con 450 años, después de almorzar con ocho líderes indígenas en el marco de una intensa agenda en el que los pueblos originarios han sido los protagonistas.
Tras entrar en el santuario religioso, el santo padre se dirigió directamente al lugar donde está la tumba de Ruiz (1924-2011), donde rezó durante varios minutos.
Luego saludó a algunos de los presentes en la catedral antes de partir nuevamente en el papamóvil camino al helicóptero que llevó a Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, donde participó en el tradicional encuentro de familias.
Francisco “viene a encontrarse con la tumba, pero para nosotros como creyentes, Samuel Ruiz está vivo”, dijo antes de la visita papal a la catedral el sacerdote jesuita Pedro Arriaga, quien durante varios años trabajó con “Tatic” (padre en lengua tzotzil), como le llamaban cariñosamente las comunidades indígenas.
La presencia de Jorge Mario Bergoglio en la tumba de Samuel es “una reivindicación a un obispo que muchas veces fue incomprendido, fue rechazado, sufrió mucho”, indicó el párroco de la localidad de San Juan Chamula.
“Yo creo que nunca imaginó que un papa viniera a ofrendar una flor, a encender una candela en su tumba, y nosotros nos sentimos emocionados”, comentó.
Muchos lo describen como “el caminante, el hombre que recorrió toda la diócesis, que entregó su vida”.
“Es lo mismo que está haciendo Francisco: ” caminar, ir a las periferias, salir a las calles“, remató el sacerdote, al recordar que ” Samuel fue muy fiel al Concilio Vaticano II, fue padre conciliar, y se mantuvo en este espíritu de evangelizar y reconocer al indígena como sujeto“.
Cuando se produjo el levantamiento zapatista en 1994, el obispo ” intervino ahí como mediador de paz, pero nunca como instigador, incluso cuando supo de la violencia que se estaba preparando, la diócesis rompió las relaciones“con el EZLN y se mantuvo al margen, recordó.