El ministro de Defensa de El Salvador, René Francis Merino Monroy, ha compartido en sus redes sociales fotografías de lo incautado a las pandillas, lo que demuestra que estas se están armando y equipando con equipos modernos de comunicación.
No es un secreto que estos grupos criminales rara vez van a mostrar piedad a sus víctimas, pero su eventual relación con rituales oscuros como el satanismo es algo que se demuestra cada vez que las fuerzas de seguridad logran adentrarse a sus guaridas.
Esto quedó confirmado con la reciente operación del Ejército de El Salvador, cuyos elementos lograron dar un golpe a integrantes de la pandilla 18; algo de lo destacado en el lugar fue una calavera con la que se presume adoran al diablo.
Producto de esta acción quedaron detenidos tres presuntos pandilleros identificados como Dustin Bryan Cartagena Benítez, alias Pequeño; Balmore Salvador Pacheco Landaverde, alias Chucha Seca; y Kevin Josué Rivera Cartagena, alias Ket.
Los detenidos tienen que enfrentar un proceso judicial que confirme su relación con las maras, pero las marcas en su cuerpo hablan por sí solas. Cuentan con tatuajes que prácticamente confiesan que pertenecen a las pandillas.
Pero los pandilleros no solo basan su fuerza a una adoración oscura, también están equipados con armamento letal y el reciente decomiso del Ejército a una estructura de los MS13 lo confirma.
Todo el equipo decomisado que incluye armas de fuego, municiones y hasta radios de comunicación ahora forman parte de la evidencia para que los fiscales de aquel país demuestran la peligrosidad y los delitos cometidos por estas estructuras.
Hemos dado un duro golpe a la MS-13; este día unidades del CFE y el DM-2 repelieron agresión ilegítima en Crío. Izcacal, San Isidro, Cabañas, desarticulando un campamento, donde resultó herido, un pandillero, decomisándoles armas de grueso calibre, cargadores, municiones y droga. pic.twitter.com/fwv6428zd1
— René Francis Merino Monroy🇸🇻 (@merino_monroy) June 11, 2022
“Evolucionan hacia una guerrilla”
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que les ha declarado la “guerra” a las pandillas, advirtió el sábado que esos grupos tratan “de evolucionar” hacia una guerrilla montando cada vez más campamentos clandestinos en zonas rurales.
“Las capturas de pandilleros se están dando cada vez más en campamentos clandestinos en zonas rurales. Está claro que las pandillas están tratando de evolucionar hacia una guerrilla”, señaló el mandatario en su cuenta de Twitter.
En las “últimas semanas”, las autoridades han desarticulado “más de 100 campamentos” clandestinos de pandilleros en distintas zonas rurales del país, afirmó Bukele.
Tras el asesinato de 87 personas en el país, entre el 25 y el 27 de marzo, el Congreso, controlado por aliados del gobierno y a pedido de Bukele, decretó un estado de excepción que ha sido prorrogado y en cuyo marco el gobierno mantiene la ofensiva contra las pandillas.
La “guerra” de Bukele ha puesto a miles de soldados a patrullar las calles y ha llevado a la cárcel sin orden judicial a más de 39 mil presuntos integrantes de las “maras” hasta la fecha, que se suman a otros 16 mil que ya estaban en prisión.
Según el mandatario, a las pandillas ya “les es imposible enfrentar” a los agentes policiales y a los soldados del ejército en las zonas urbanas y por ello montan campamentos clandestinos en zonas boscosas o montañas de difícil acceso.
Pero el gobernante fue más allá y señaló, sin mencionar nombres, que esa “evolución” de las pandillas tendría lugar “bajo el auspicio de organismos internacionales y ONGs de la oposición” que, según él, “les dan cobertura legal, mediática, política y financiera”.
“Pero no lo vamos a permitir”, sentenció el presidente salvadoreño, tras afirmar que se están “desarticulando de 3 a 4 campamentos diarios” en zonas rurales.
Añadió que en esos campamentos se encuentra “armamento, droga, dinero, equipo de comunicación, documentos de extorsión y por supuesto pandilleros”.
La declaración del presidente llega el mismo día en que miembros de la Fuerza Armada y la policía desarticularon un campamento de pandilleros en una zona boscosa rural del poblado de San Isidro, en el departamento de Cabañas, 74 kms al este de San Salvador.
En ese lugar las autoridades decomisaron varios fusiles de asalto, escopetas, pistolas, munición, drogas y dinero.
“No vamos a permitir que estos grupos criminales muten a otra forma criminal para seguir causando daño a nuestra población honrada”, agregó el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro.