Las últimas declaraciones de Trump echan leña al fuego en la escalada verbal entre el régimen norcoreano y el mandatario. El jueves, había asegurado que quizá no fue “bastante dura” su promesa de desatar “fuego e ira” sobre Corea del Norte si seguía amenazando a Estados Unidos.
En tanto, China exhortó este viernes a Corea del Norte y Estados Unidos a “dar muestras de prudencia” y evitar las “demostraciones de fuerza” tras una nueva escalada verbal.
“Alemania participará intensamente en las opciones de resolución no militares, pero considero que la escalada verbal es una mala respuesta”.
Pekín reiteró este viernes su llamamiento a la moderación. “Pedimos a todas las partes que den muestras de prudencia en sus palabras y sus acciones, y que hagan más para apaciguar las tensiones”, declaró Geng Shuang, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
Washington y Pionyang deben intentar “reforzar su confianza mutua, en vez de recurrir a las viejas recetas que consisten en encadenar las demostraciones de fuerza” , añadió el diplomático en un comunicado.
El jueves, el jefe del Pentágono, Jim Mattis, se había mostrado más prudente que su presidente, insistiendo en el hecho de que “el esfuerzo estadounidense es conducido por la diplomacia” y alertando sobre el escenario “catastrófico” de un conflicto armado.
Preparan maniobras
Estados Unidos y Corea del Sur seguirán adelante con las maniobras a gran escala previstas para finales de mes, dijeron este viernes responsables militares de ambos países. Según Corea del Norte, que ultima sus planes para lanzar una salva de misiles hacia Guam, los ejercicios son un ensayo para la guerra.
Las maniobras se realizan todos los años, pero en esta ocasión ocurrirán mientras Pionyang dice estar ultimando un plan para lanzar cuatro misiles Hwasong-12 hacia la isla de Guam, un territorio y centro militar estadounidense en el Pacífico.
El plan pasará entonces al líder de la hermética nación, Kim Jong Un, para su aprobación justo antes o coincidiendo con el inicio de los ejercicios.
Las maniobras, llamadas Ulchi-Guardián de la Libertad, se desarrollarán entre el 21 y el 31 de agosto con la participación de decenas de miles de soldados surcoreanos y estadounidenses por tierra, mar y aire. Washington y Seúl señalaron que los ejercicios tienen una naturaleza defensiva y son cruciales para disuadir a Corea del Norte de una posible agresión.