“(La extradición) es un proceso. Se hace la solicitud por parte del Gobierno, en este caso de Estados Unidos, pero se tienen que presentar las pruebas y ya los jueces en México deciden”, refirió eL presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en su rueda de prensa diaria.
Además, el mandatario insistió en que la extradición no se realizará por la vía rápida.
Por su parte, la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez, detalló que México cuenta con elementos para llevar a Ovidio Guzmán ante los tribunales por delitos contra la salud (narcotráfico) y relacionados con armas de fuego.
Además, dijo que también existen investigaciones relativas a la posibilidad de que el detenido y otras personas hubiesen cometido delitos relacionados con la delincuencia organizada.
“Claro que lo anterior es independiente de lo que resulte en los hechos suscitados en ocasión de su detención”, puntualizó.
Estados Unidos, que presentó la solicitud de extradición en 2019, imputa al narcotraficante delitos que versan sobre la conspiración para la introducción de drogas a ese país, detalló Rodríguez.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, añadió que, tras poner al detenido a disposición de un juez, el mecanismo de extradición cuenta con un plazo para que el país solicitante presente pruebas penales, que estima que en el caso de Estados Unidos se demorarán entre cuatro y seis semanas.
Una vez puestas dichas pruebas ante las autoridades judiciales, la decisión sobre la extradición correrá a cargo del juez y de la Cancillería que él dirige.
“No es una decisión política, solo de la Cancillería, sino esencialmente del juez, para verificar que los derechos de esa persona se respetan, dado que es un ciudadano mexicano”, comentó.
Ovidio Guzmán fue detenido en la madrugada del pasado jueves en el norteño estado de Sinaloa durante un operativo de las Fuerzas Armadas mexicanas, que derivó en disturbios violentos en diversos puntos de la región y en los que murieron una decena de militares y 19 miembros del crimen organizado.
Posteriormente ingresó en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1 Altiplano -conocido también como el penal de Almoloya-, ubicado en Estado de México, donde fue recluido su padre y del que se fugó en 2015.
La detención sorprendió al ocurrir días antes de la visita a México del presidente estadounidense Joe Biden, con motivo de la Cumbre de Líderes de América del Norte, aunque López Obrador negó cualquier relación entre los dos hechos.